Toledo es una ciudad segura. Es el mantra que repiten una y otra vez los políticos cuando se les pregunta sobre algún suceso que rompe, cada vez con más frecuencia, la tranquilidad de la capital de Castilla-La Mancha.

Ciertamente, la delincuencia en la ciudad está por debajo de otras ciudades de mayor población, pero eso no quita que cuando sucede un asesinato, como el ocurrido en la víspera de Halloween hace ya casi un año, se genere una tremenda conmoción entre los vecinos.

Si a la violencia del suceso se añade el hecho de que, tras doce meses de investigación, aún no se ha producido ninguna detención y que el asesino sigue en la calle, pues lógicamente se genera un clima de temor ante la llegada del primer aniversario del crimen.

La Policía Nacional es muy consciente de ello, y como ya hicieran en los pasados Carnavales, cuando solicitaron apoyo de unidades en Madrid para vigilar de forma encubierta el Polígono, está previsto que de cara a este fin de semana previo a las fiestas de Halloween y al Día de todos los Santos se aumente la vigilancia en el barrio.

Es cierto que desde que ocurrió el asesinato de Lorenzo en el Parque Lineal la policía, tanto Nacional como Local, se deja ver mucho más por una zona en la que antes era imposible ver una patrulla que no estuviera atendiendo una llamada de emergencia. Pero para los vecinos no es suficiente.

Es altamente improbable que el asesino de Lorenzo repita su actuación, la policía lo sabe bien, pero no por ello van a dejar de poner la lupa en un barrio en el que, quién sabe, pueda salir cualquier indicio que lleve a la detención del culpable.

Además, existe otro riesgo mucho más posible, que es ni más ni menos que alguien, ajeno al suceso o conocedor del mismo, decida disfrazarse como iba presuntamente el asesino de Lorenzo y se produzca algún altercado.

El testigo presencial del asesinato no es claro, aunque confirma que la máscara con la que cubría su rostro era «tipo calavera». Llevaba un machete de grandes dimensiones, unos vaqueros, zapatillas de la marca Adidas y una sudadera que el definió como «oscura».

Por su parte, un grupo de menores sí que ofreció una descripción más ajustada del posible autor del crimen. El retrato robot era casi idéntico salvo por dos detalles, la sudadera era azul y, éste sí que es verdaderamente importante, catalogaron la máscara como la empleada en la película de Viernes 13, de tipo portero de hockey sobre hielo.

Por todo ello, por seguridad ciudadana y para tomar buena nota de cualquier detalle que pueda ayudar a resolver el asesinato, la policía intensificará la vigilancia en el Polígono en estos días.