El campo Municipal de Cebolla dejó el pasado sábado uno de esos episodios que nunca deberían escenificarse. Un árbitro fue agredido al finalizar el encuentro de la Liga Provincial Cadete, competición perteneciente al Deporte Escolar que organiza la Diputación de Toledo, entre el Torpedo 66 y el Ayuntamiento de Fuensalida. El colegiado, de 24 años, tuvo que salir del recinto escoltado por la Guardia Civil para acudir a un centro médico, tras ser agarrado y zarandeado por varios jugadores del equipo local. Además, presentó una denuncia contra el entrenador del Torpedo 66.

Como recogió el trencilla en el acta, al acabar el encuentro «miembros del equipo local salieron corriendo hacia mí gritando de forma agresiva e intimidante». En concreto, fueron tres jugadores, y uno de ellos lo empujó diciéndole «eres un maricón de mierda», a la vez que «otras personas me zarandeban y humillaban como un juguete a la voz de 'de aquí no sales vivo, eres malísimo, hijo de puta'», como añade su propia redacción.

Por otro lado, mientras se estaba produciendo este altercado, el entrenador del Cadete del Torpedo 66 agarró al joven «con las dos manos fuertemente del cuello». De hecho, según cuenta, llegó a notar sensación de ahogo y pérdida de conocimiento, a la vez que «los jugadores citados anteriormente me agarraban de brazos y manos inmovilizándome y haciéndome temer por mi integridad». En su intento por separarlos, algunso futbolistas del equipo visitante recibieron «patadas y puñetazos», lo que ocasionó una invasión de campo de unas 50 personas, según se cuenta en la propia acta.

La batalla campal acabó con el colegiado teniendo que salir del campo escoltado por un aficionado local. En ese momento, se acercó el presidente del club cebollano, que se dirigió al joven en estos términos: «Eso te pasa por pitar como has pitado». Ya en el vestuario, el árbitro tuvo que llamar a la Guardia Civil porque los dirigentes del Torpedo 66 «hicieron caso omiso» de sus indicaciones.

Lógicamente, el agredido presentó una denuncia ante la Guardia Civil, aunque antes acudió a que los médicos valorasen los daños físicos provocados por los agarrones, patentes en forma de enrojecimientos y marcas por el cuello y brazos.