«Orgullo castellano-manchego» fue el principal sentimiento que recorrió este martes cada una de las intervenciones, tanto institucionales como musicales, así como de los propios galardonados. El Día de Castilla-La Mancha se celebró en el Auditorio Pedro Almodóvar de Puertollano que, a diferencia del año pasado en que el aforo estuvo muy limitado por la Covid, se llenó para celebrar los 40 años de su constitución como autonomía. No faltaron las anécdotas durante esta celebración, entre las que destacó el baile que se marcó el Consejo de Gobierno al completo, y el resto del audotorio, al son de la música del Grupo Alhambra, en el que Antonio Belmonte, reconocido como Hijo Predilecto por su contribución a la visibilización de la inclusión artística de las personas con discapacidad, reivindicó su plena capacidad para rematar la versión del 'Tu madre no lo dice, pero me mira mal' de Loquillo, con la que rompió las cuerdas de su guitarra.
El presidente de Castilla-La Mancha recibió de manos de Usman Garuba, jugador de la NBA, una camiseta de su equipo, los Rockets, y no dejó escapar la oportunidad de hacerse un selfie con el televisivo presentador del tiempo Roberto Brasero, reconocido como Hijo Predilecto de la Comunidad, y al que le pidió más agua para la región, «pero no en Semana Santa».
Más fotos:
Page se hizo un selfie con Roberto Brasero. - Foto: David Esteban
Antonio Belmonte se arrancó por Loquillo. - Foto: A.Perez Herrera
Eugenia Silva recibió la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha. - Foto: David Esteban
Ángela Vallvey dedicó su distinción a todas las mujeres que, como su madre, en esta tierra «crecen sanas y valientes y son quijotescas». - Foto: David Esteban
El acto institucional pudo seguirse por lengua de signos. - Foto: David Esteban
El acto del Día de la Región se celebró en el auditorio Pedro Almodóvar de Puertollano. - Foto: A.Perez Herrera
Emocionadas recogieron sus medallas de oro de la Comunidad las galardonadas Eugenia Silva y Ángela Vallvey, que dedicó su distinción a todas las mujeres que, como su madre, en esta tierra «crecen sanas y valientes, son quijotescas», y recordó a Luisa, fallecida a manos de su pareja «víctima de una violencia ciega que cuando no sabe utilizar las palabras usa los golpes». «Esta medalla es suya, es de todas las mujeres de mi tierra», proclamó.