Los trabajadores de la depuradora de Burujón dieron la voz de alarma. La cantidad de agua que llegaba a la estación había disminuido a más de la mitad. Entonces, el Ayuntamiento empezó a abrir los pocillos de la red de alcantarillado para resolver la incidencia. Y dieron con un tapón de entre 60 y 70 metros de longitud que impedía la circulación de las aguas residuales de los baños y de las cocinas. Una empresa especializada en desatrancos precisó la semana pasada de tres días para liberar los restos de todo tipo encontrados.

«El alcantarillado no está para usarlo de contenedor de basura», advertía el Ayuntamiento de Burujón a sus 1.300 vecinos. El alcalde, Juan José Torres, sospecha que parte se debe colar por el sumidero de los abundantes patios del municipio de la comarca de Torrijos, cuya red separa las aguas residuales de las pluviales.

Los operarios identificaron en el tapón subterráneo trapos, camisas, guantes de plástico, mascarillas, material sanitario, bolsas de plástico, envases de 'snacks', compresas, tampones, pañales y una bola inmensa de toallitas. Y hasta el esqueleto de varios perros «o similares», apunta el Consistorio.

El tapón se encontraba a la salida del núcleo urbano. El Ayuntamiento intentó por medios propios solucionar el atasco, pero enseguida recurrió a una empresa especializada por el grosor del tapón. La máquina utilizada succionaba los restos y expulsaba a su vez otra parte para ir adelgazando los 70 metros de restos.

El alcalde de Burujón indica a este diario que el atranco de la red de alcantarillado ha sucedido por primera vez en 50 años, porque hasta ahora las intervenciones se habían limitado a las viviendas particulares. «Seamos todos un poco cívicos en este tema que afecta a nuestro medio ambiente, pero también a nuestro bolsillo. El coste de esta avería será elevado», asevera por el uso de la máquina durante tres días.