José María San Román Cutanda

A Vuelapluma

José María San Román Cutanda


Dina Stars

29/08/2022

Aunque ya ha pasado al ámbito de las anécdotas, ha sido bastante sonado estos últimos días el contenido del vídeo de la influencer cubana Dina Stars, en el que hace una visita a Toledo con algún 'patinazo' geográfico y cultural. Una polémica que ha trascendido a la prensa nacional e, incluso, a algún medio de comunicación de la prensa internacional. Incluso, el programa 'Cuatro al día' dedicó al asunto un pequeño apartado el pasado jueves, en el que pidió su opinión a la protagonista del vídeo, con quien tuve el orgullo de debatir en directo, como toledano, al respecto de la cuestión. Finalizada la controversia con la disculpa de Dina -algo que le honró- tanto en el programa de televisión como en sus redes, y después de haber podido hablar con ella brevemente, me han surgido varias reflexiones.

Bien es cierto que a no pocos toledanos se les ha hecho un tanto 'cuesta arriba' que la protagonista del vídeo de YouTube llamase a Toledo «pueblo de Madrid», al igual que no han gustado otras afirmaciones como la de llamar «chapita» a un objeto damasquinado que compró su novio en una tienda del Arrabal o el pretender comer en un primer término con comida adquirida en el Carrefour de la calle Trinidad. Que un lapsus linguae puede tenerlo cualquiera y que nadie estamos exentos de comer errores es evidente. Que Dina no estuvo muy acertada también lo es. Ello, aunque creo que la polémica que se ha generado está sobredimensionada y que no tiene más recorrido que el que se le ha dado. No obstante, sí considero que una persona como ella, que tiene más de setenta mil seguidores en YouTube y más de ciento ochenta y cinco mil en Instagram, debe procurar informarse lo más posible a la hora de hacer una ruta turística. Sobre todo, si tenemos en cuenta que los influencers son muchas veces un canal publicitario mucho más rápido, mucho más efectivo y mucho más directo para un público joven, que es el público que investiga también en redes sociales los comentarios y las experiencias de cada sitio antes de elegir un destino en particular. Este tipo de personajes públicos tienen una gran aceptación para un público de edad joven y de mediana edad. Y este motivo debe darles una perspectiva muy marcada de cuál es su responsabilidad.

Los influencers tocan un amplísimo abanico de temas, que van desde la salud hasta la forma física, desde las dietas equilibradas hasta los consejos personales, desde la ropa masculina y femenina hasta la cocina. El hecho de decir una u otra cosa desde su posición virtual no es ninguna tontería, porque es muy probable que lo que digan tenga una influencia considerable en la forma de actuar de sus seguidores. Ya no solo en turismo, moda o gastronomía, sino también en aspectos mucho más trascendentales como puede ser la salud. Al igual que hay muchos de estos personajes públicos que están haciendo mucho bien y están divulgando cuestiones muy interesantes, también hay quienes utilizan irresponsablemente las redes sociales sin contar con las consecuencias que puede llegar a tener su actividad.

Y quizá también en Toledo debemos replantearnos sobre qué publicidad damos a la ciudad. Creo que no hemos logrado todavía llegar a un público joven con nuestra publicidad ni con los medios de que disponemos como ciudad para ello. Con un público joven me refiero a jóvenes que quieran visitar la ciudad y la valoren como algo más allá que disfrazarse de las cosas más absurdas y pasearse por la calle Ancha vociferando que es su despedida de soltero o su cumpleaños o lo que sea. Es bueno que entre nuestros visitantes tengamos a públicos variopintos, ¡claro que sí! El problema es, según mi sensación, que no estamos vendiendo lo mejor de nuestra ciudad en un formato tan sintético como completo en contenido que suscite interés a una generación que, tristemente, no siempre cuenta con el tiempo necesario para ver Toledo con la tranquilidad necesaria. Pensemos.