La aprobación el pasado jueves de la Ley de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI por las Cortes de Castilla-La Mancha ha recibido el aplauso de esta comunidad, que ve un en esta nueva normativa un paso adelante en el camino para alcanzar esa igualdad real tan ansiada.

Entre las entidades que han colaborado en la elaboración de esta nueva normativa de carácter regional está la asociación talaverana LGTBora, cuya fundadora, Ángela Zarzoso, reconoció a La Tribuna su «satisfacción» por llegar a este punto después de más de dos años de trabajo de la mano del resto de asociaciones y de la administración. De ahí que su aprobación sea una «satisfacción personal» para el colectivo LGTBI, si bien «la satisfacción es global porque es una ley que repercute a Castilla-La Mancha en general». La repercusión, como subrayó, es a nivel de «derechos humanos, en pluralidad, en diversidad y en respeto», algo que repercute a toda la sociedad.

El voto unánime a favor de esta ley por los tres grupos con representación parlamentaria fue «el colofón de años de trabajo» y más si cabe aún por el hecho de que «pocas leyes salen con un consenso y se gestionan de la manera que se ha gestionado, teniendo en cuenta a las expertas y expertos que, en este caso, son las asociaciones LGTBI». «Se nos escuchó, se nos acogió toda la documentación que presentamos y luego ha salido a consulta pública dos meses», expuso la representante de LGTBora como prueba de que se trata de una ley «hiperconsensuada e hipertrabajada». Asimismo, quiso agradecer la «valentía» de la consejera Blanca Fernández y el «trabajo y esfuerzo» de Carlos González Beltrán para sacar adelante este proyecto.

«Ha sido una alegría, era soltar la tensión acumulada, era la tensión del logro conseguido histórico», manifestó Zarzoso, emocionada aún por poder dejar su «huella» en este texto que busca garantizar plenamente la igualdad real y efectiva y los derechos de las personas  lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales.

 Como destacó Ángela Zarzoso, la aprobación de esta ley mejorará y ampliará los protocolos y recursos ya existentes por ejemplo en materia sanitaria -como la unidad para personas trans implantada en Cuenca-, algo extensible al resto de ámbitos, entre ellos la educación. Es precisamente este área uno de los más importantes para abordar esta cuestión, como lo es en otra serie de cuestiones como la violencia machista, de cara a prevenir una discriminación o ataques físicos o verbales por la condición sexual en este caso.

No en vano, Zarzoso hizo alusión a las cifras que la consejera expuso durante el debate para la aprobación de esta ley en las Cortes, que señalan que 7 de cada 10 personas LGTBI reciben ciberacoso. «No somos un colectivo que no llevemos en nuestras espaldas lo que es el desprecio, la vulnerabilidad de derechos y las agresiones», remarcó, haciendo hincapié en la necesidad de «trabajar en ello para lograr a una igualdad completa y plena».

Si bien se ha mejorado en cuestiones como la «visibilidad», existe aún «inquietud» y «miedo» en la comunidad LGTBI, que ha hecho suya la palabra «resiliencia», como expuso la fundadora de LGTBora, quien confirmó que Talavera no escapa a esta problemática, como tampoco el resto de municipios de la región y del país.

Con esta ley se pretende precisamente que «las juventudes que vienen detrás» no pasen por lo mismo que quienes les precedieron y que esta discriminación y ataques sea algo del pasado. «Está la ley pero hay que ponerla en marcha», dijo, subrayando que cuenta con presupuesto y convencida de que «no se va a quedar en el cajón».

Mundo rural. En esta ley se tiene también muy en cuenta a las personas mayores para que haya una «mirada de igualdad» en los centros públicos y privados dirigidos a este colectivo, así como al medio rural. En este ámbito se sitúa precisamente el municipio de La Estrella, cuyo alcalde, Alfonso Caja, ha sido en repetidas ocasiones objeto de ataques verbales y contra su propiedad por su condición sexual.

Unas situaciones ante las que se ha encontrado «totalmente indefenso» porque las medidas adoptadas han sido insuficientes y el escaso apoyo recibido por el resto de vecinos y de representantes de las diferentes administraciones. «El apoyo de las administraciones es fundamental, sobre todo para quienes estamos en los ayuntamientos  porque no lo recibimos», denunció este alcalde, quien lamentó no haber sido tampoco invitado a las Cortes regionales en el día de la aprobación de esta ley, teniendo en cuenta además los problemas de homofobia que ha sufrido en el ejercicio de la Alcaldía.

«El problema no son los ataques directos, viene después, en esa especie de comidilla donde la gente dice 'se lo merece'», expuso Caja, indicando que son muchos los que pese a aceptar la homosexualidad, creen que debe ser «una cosa privada y quieren que te quedes en tu casa en un armario escondido».

«Cuando haces de tu vida una normalidad, sales con tu pareja y no te escondes» es motivo de rechazo para muchos, aunque Caja lo tiene claro: «Si no haces eso, no terminan por asumir que eso es algo normal», dijo, para recalcar que no tiene que avergonzarse de ser quien es. «No me voy a esconder absolutamente por nada ni por nadie», confirmó.

Por ello, abogó por que esta ley, más allá de plasmarse sobre el papel, se trabaje desde las administraciones para esa igualdad real alejada de ataques físicos o verbales por la condición sexual de una persona. Sobre todo se trata de «encontrar apoyo», algo que lamentó no haber tenido él.

«Yo, por el hecho de ser homosexual ya sufro una discriminación, pero si además vivo en un medio rural tienes otra discriminación más, y si encima eres viejo, otra discriminación, y si encima eres alcalde has pasado de ser Alfonso 'el maricón' a ser 'el maricón' del alcalde». denunció Caja. Para afrontarlo «te tienes que fabricar un caparazón y lo que no puedes hacer es vivir al margen de tu vida por el qué dirán o lo que comentarán».

Todas estas situaciones son en muchas ocasiones motivo de abandono de estos pequeños municipios por parte de miembros de la comunidad LGTBI, buscando ciudades donde poder vivir en libertad sin tener que esconderse o sufrir las críticas o ataques de algunos. Por eso, la aprobación de esta ley le parece algo «positivo», insistiendo en que «todavía queda mucho por hacer, sobre todo en concienciación». 

Mujeres. Para la cantante talaverana María Aguado la aprobación de esta ley es «un paso adelante» y si bien se ha ido «avanzando», es algo «que debería ser natural» porque «el amor es amor y punto, da igual a qué sexo o a qué persona te refieras puesto que somos todos iguales». Por ello, reconoció que, en cualquier caso, «hay que seguir luchando y seguir avanzando», e ir «marcando leyes y posicionarnos», aunque está ya «mucho ganado».

Así, reconoció que ahora «no es igual que hace 50 años» aunque «todavía hay agresiones, abusos y cosas que debemos eliminar», algo que hizo extensible «a cualquier colectivo, no solo el LGTBI».

En su caso, reconoció que ha tenido «bastante suerte tanto a nivel profesional como a nivel personal» y nunca ha tenido «un pero ni ningún tabú con mi sexualidad ni con mi vida». Si bien, hay comentarios que «chocan», como tras comentar «que tu pareja es una chica, que te has casado con una mujer, que has sido mamá, que somos dos mamás, de repente te dicen 'pues no lo pareces'. ¿Qué tengo que parecer?, o otros como 'no pasa nada', ya sé que no pasa nada». Se trata de comentarios que la gente hace «por agradar y no saben que es como si te dieran un guantazo realmente», dijo.

Para Aguado, el chico gay está «mucho más visibilizado y mucho más 'aceptado', aunque luego es el más agredido» que una mujer lesbiana, por ejemplo, recalcando que profesionales como presentadores de televisión y actores «dan más visibilidad a un chico gay que a una mujer lesbiana, que siempre ha sido más reprimido».

La cantante talaverana se refirió también al movimiento protagonizado por actrices y actores trans «que se están dando fuerza y visibilidad, creo que es algo que debería haber pasado hace muchos años, que por desgracia no ha pasado pero que está pasando ahora, por lo cual vamos a celebrar eso».

«Vamos a celebrar lo que avanzamos, no la lucha que tuvimos que tener detrás», dijo Aguado, quien se queda «con lo positivo» y con el hecho de que «quedan tan solo dos comunidades en España por aprobar esta ley», deseando que se sumen pronto al resto.