Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


El aborto. ¿Cuándo comienza la vida? (II)

29/08/2022

Se trata de una cuestión básica para entender las posturas enfrentadas de proabortistas y providas. Para aquellos, el feto no es una persona hasta transcurridos tres meses o más del embarazo, por lo que dentro de este plazo puede practicarse el aborto libremente o con determinadas condiciones. Para los providas, el feto es persona desde el momento mismo de la fecundación. 

No se trata de una cuestión jurídica. El jurista, en este caso, no esté capacitado para definir ni acotar la realidad sobre la que ha de operar. No tiene autoridad científica para llegar, por los medios que su técnica le proporciona, a una solución rigurosa. Debe ponerse en manos de los médicos, de los biólogos, de los investigadores de estas ramas para obtener contestación a la pregunta esencial de cuándo comienza la vida. El humanista cristiano se pone, además, en manos de la doctrina de la Iglesia.

Pero la respuesta ya está dada. En España es referencia obligada en este sentido la conferencia pronunciada en el Colegio de Médicos de Madrid el 15 de noviembre de 1982 por el doctor Natanshon. En Estados Unidos, el Congreso publica en diciembre de 1981 un informe sobre el proyecto 'The human life hill', y en el que se recogen contestaciones científicas a la pregunta de cuándo comienza la vida humana. Responden en el sentido de que la vida humana comienza con la fecundación: K. Moore: 'The Developing Human'; M. Krieger: 'The Human Reproductive System'; I. Asimov: 'The Genetic Code'; B. Patten: 'Human Embryology"; I. Arey: "Development Anatomy'; J. Roberts: 'An Introduction to medical Genetics'; Hamilton & H. Mossman: 'Human Embryology'; J. Greenhill & E. Friedman: 'Biological Principies and Modern Practiee of Obstetrics'; J. Luria: 'Thirty Six Lectures in Biology'; J. Brash: 'Human Embryology'; J. Thomas: 'Introduction to Human Embriology'; T. Torrey: 'Morphogenesis of the Vertebrates'; G. Simpson & W. Beck: 'Life: An Introduction to Biology'. 

Igualmente se recoge el testimonio en el mismo sentido del doctor Jerome Lejenne de la Universidad René Descarte de París; del doctor Watson Bowes de la Universidad de Colorado; del doctor Hymie Gordon, de la Clínica Mayo, así como de la Planned Parenthood Federation of América. 

Son innumerables y casi unánimes los testimonios que se han producido y producen en este sentido desde el campo científico, por lo que parece ser lo cierto y, prácticamente incontrovertido, que la vida humana comienza desde el momento de la fecundación, sin que, por otra parte, sea nuestra intención aportar un mayor rigor en la exposición y desarrollo de dicha afirmación, que puede encontrarse fácilmente en multitud de documentos. 

Con base en estas consideraciones creemos y afirmamos que la realidad física sobre la que ha de operar el humanista cristiano para enfrentarse al problema del aborto provocado es la de que la vida del feto humano ha comenzado desde el momento mismo de la fecundación. Así lo sostiene la ciencia más autorizada, y así lo debe tomar tal humanista para no desvirtuar, y acomodar a sus intenciones, una realidad que jurídicamente no puede configurarse por sí misma. Basta recordar el discurso de San Juan Pablo II en su primera visita a España, cuando en el Estadio Santiago Bernabéu, en la jornada sobre la familia, dijo y repitió ante más de 100.000 personas: «Por ello, quien negara la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral. ¡¡¡Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente!!! Se minaría el mismo fundamento de la sociedad».