Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


La máquina del fango

01/05/2024

El `presidente de gobierno ve la España política convertida en una "máquina del fango" de la que hace responsable a sus adversarios. Tiene razón, la España actual es insoportablemente fangosa, sucia y maloliente, porque Pedro Sánchez ha utilizado los resortes más detestables para mantenerse en el poder.

Como esos resortes no son suficientes para imponerse en las urnas - es el primer presidente que no ha ganado las elecciones-, ha copiado la metodología de las dictaduras. Las de derechas y las de izquierdas, todas siguen el mismo modelo. Primero provocan el caos y luego aparece en escena el líder capaz de imponer el necesario orden, que siempre pasa por hacerse con las instituciones del Estado y ponerlas a su servicio. La clave es controlar a los jueces porque los jueces, ay los jueces, cuando son decentes, se empeñan en defender la ley con uñas y dientes y pueden caer en la tentación de investigar a los gobernantes, colaboradores, familiares y amigos.

El Pedro Sánchez que justifica su modelo de gobierno, calcado del peronismo, el franquismo, el chavismo y los peores "ismos" que proliferan en el mundo, es tan hipócrita que presenta sus decisiones como una prueba de amor hacia su mujer, según él vilipendiada y acosada. Para Sánchez, un tribunal no puede aceptar una denuncia contra Begoña Gómez, y por supuesto tampoco contra él mismo. Faltaría más. Le ha fallado el argumento de las masas de seguidores que le pedían que no dimitiea, porque no fueron masas, sino masitas. Pero sí contó con el Comité Federal, que incluso en su ausencia, ofreció un espectáculo indigno de un partido democrático, con peloteo superlativo, elogios exagerados al líder y sollozos que provocaban vergüenza ajena. Los veteranos recordamos las reuniones de Federal del PSOE bueno, en el que estaba prohibido tomar la palabra para respaldar a la dirección federal. Solo podían hablar los que tenían reticencias hacia las decisiones de la dirección y pedían explicaciones. Eran otros tiempos, era socialismo, no sanchismo.

Sánchez amenaza ahora a los jueces y periodistas que trabajan con profesionalidad. Lo grave es lo primero, meter mano a los jueces no suficientemente abducidos por el sanchismo. Los periodistas pueden crear problemas de descrédito, sacar los trapos sucios que se intentaban ocultar, o hacer un análisis demoledor de una iniciativa concreta. Pero los jueces que se empeñan en cumplir la ley te cambian la vida. No miran hacia otro lado cuando se encuentran ante un delincuente, no les importa su afiliación ni su cargo. Incluso pueden condenarlo a prisión si encuentran pruebas claras de delito.

Por eso quiere Sánchez controlar a los jueces. Mandar a galeras a los empecinados en hacer cumplir la ley y promocionar a los que se inclinan ante los poderosos con un humillante "sí, señor; lo que mande, señor".

Pedro Sánchez miente, engaña, organiza campañas de intoxicación contra sus rivales, tergiversa declaraciones de adversarios, y cambia de destino a quienes le estorban. Se mueve en el fango mejor que nadie.