El pasado domingo, el Soliss Águilas de Toledo se desplazó hasta Madrid para enfrentarse con el Sanse Scrum en un partido pendiente que se aplazó en su momemto por el mal tiempo, y que se perdió por 27-19.

Durante la primera parte, al cuadro toledano le costó entrar en el encuentro. No logró organizarse ni encontrar su sitio en el campo para encontrar así un respiro para dominar el encuentro. La consecuencia de ello fue que las toledanas solo marcaron un ensayo a su favor. Las madrileñas, aprovechándose de los problemas de placaje y la falta de colocación del rival, penetraron por las alas, hasta alcanzar la línea de ensayo.

El Soliss Águilas sufrió en defensa, por lo que sus melés, tan características y potentes, resultaron deslucidas. Les costó tener fluidez en las 'touch' y en los ' mauls', por lo que reinó la descoordinación, sin conseguir, por tanto, encajarse en su posición de manera natural.

No obstante, ya en la segunda parte, hubo un cambio de mentalidad. La falta de comunicación previa parecía que se iba solventando, así que su juego empezó a florecer de nuevo. Se tradujo en unas jugadas de 'pick&go' muy efectivas y poderosas. Las Águilas comenzaron a tejer esa red de equipo con la que se sienten cómodas las Águilas, dejando entrever su potencia en la delantera. El trabajo individual tan desgastante en la primera parte comenzó a dar sus frutos, así que salió un periodo mucho más equilibrado.