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Una noticia desgraciada que suele darse con la llegada del buen tiempo es la del ahogamiento de menores en piscinas. La racha de estos tristes percances en este año se ha abierto con el fallecimiento de un niño de dos años, vecino de Illescas, tras resultar ahogado en la piscina de un chalé de la localidad guadalajareña de Illana.

Según explicaba el alcalde de este municipio, Francisco Javier Pérez del Saz, el siniestro se produjo sobre las dos y media de la tarde del pasado lunes en una vivienda situada en la calle Sauca de la Urbanización El Soto, en la que el niño y su madre estaban pasando unos días de vacaciones con familiares suyos. Aunque en un primer momento se dio aviso al servicio regional de emergencias 1-1-2, los propios familiares optaban por llevarlo a un centro de salud en Estremera, población madrileña cercana a esta urbanización situada a unos 17 kilómetros del casco urbano de Illana. Pérez del Saz explicó que el niñño llegó ya muerto al centro de salud madrileño, no teniendo éxito las maniobras de reanimación.

El regidor pudo ayer dar su pésame a los familiares del niño fallecido. Lamentó que en Illana se haya vuelto a dar un accidente de los que «ya llevamos varios» en piscinas privadas de unifamiliares, que por sus características carecen de los socorristas que sí existen en piscinas comunitarias.

Funeral en la intimidad.

El menor fue velado hasta ayer en un tanatorio de la localidad madrileña de Villarejo de Salvanés. Desde allí, fue trasladado a Illescas. Durante la tarde se desarrolló un funeral con una ceremonia íntima en el tanatorio de la cabecera  de La Sagra, según trasladaron fuentes del Ayuntamiento illescano. Se sabe que el niño vivía con su madre en una casa del barrio de El Señorío.