Unos 'jugadores' de altura

Leticia G. Colao
-

>Matices. El Palenque registró un lleno total para disfrutar del excelente trabajo de cuatro actores de categoría y sus personajes cargados de matices, luces y sombras frente a una baraja de cartas.

Cuatro hombres de diferentes edades, con diferentes problemas y diferentes formas de ver la vida, y una cosa en común: «Somos unos desgraciados». Esta es la frase más repetida por los cuatro personajes de ‘Jugadores’, la genial obra de teatro dirigida por Pau Miró que el sábado levantó los aplausos de un Palenque totalmente abarrotado.

No es para menos. Los nombres de los actores que les daban vida ya era garantía de éxito. MiguelRellán, Ginés García-Millán, Luis Bermejo y Jesús Castejón representaron a la perfección una tragicomedia con historias reales, humanas y muy entrañables.

Cuatro amigos, lo más parecido a una familia que han tenido en su vida, se reúnen normalmente en el viejo piso de uno de ellos para dar vida a su pasión por el juego, y de paso, airear sus frustraciones. Rellán, el dueño de la casa y viejo profesor universitario, sufre problemas en su trabajo que le llevan al declive de su vida profesional y casi personal; junto a él, un actor aficionado a robar en los supermercados y sin apenas trabajos; un enterrador enamorado de su prostituta y con continuos cambios de humor, y un antiguo barbero que pierde su trabajo y prefiere mantenerlo en secreto para no perder también a su mujer. Allí, frente al tapete de juego y siempre acompañados por una botella de ginebra que el actor ha robado previamente, dejan escapar sus miedos, sus fracasos a los que apenas saben hacer frente y lo hacen, sin saberlo, con el apoyo de los demás.

La historia es genial, y el trabajo de los actores y su sinfín de matices, la gran esencia de la obra. El trabajo de Rellán cambia continuamente de tono aunque siempre parece el mismo; García Millán se hace en seguida con el público con su cambio constante de humor y sus antológicos cabreos; un simpático Luis Bermejo que se permite incluso cantar, y Jesús Castejón, artífice del último y gran plan que llevan a cabo juntos, también genial en escena.

Tragicomedia. El crecimiento dramático de la obra es sobresaliente. Los fracasos de los protagonistas se entremezclan con toques de humor que sorprenden al público y que hacen que sus historias sean menos duras. No obstante, y aunque alguno de ellos se niegue a reconocer que son una familia, al final consiguen salir del ‘atolladero’ en el que se encuentran gracias a las ideas, los planes a veces locos y los recuerdos de los otros. Todo ello, guiado por la adrenalina que dan los planes absurdos y peligrosos pero que normalmente les devuelven la esperanza de obtener una vida mejor y volver a sentirse vivos.

En ‘Jugadores’ son cuatro los protagonistas pero la historia que narran está guiada en numerosas ocasiones por la presencia de otros dos que nunca aparecen en escena: el padre de Rellán, recientemente fallecido y que tiene un papel interesante, y la novia prostituta del enterrador. Ambos juegan con los sentimientos y en ocasiones hacen girar incluso la trama de la historia.