El PP siempre ha mantenido su oposición a la celebración de la comisión informativa y de investigación de las obras y los usos dados a los pisos de la Diputación en la calle Cardenal Cisneros de Toledo por los ‘populares’ en la pasada legislatura, tanto es así que lo denunció ante los juzgados al entender que no tenía el aval legal necesario, pero ayer puso la guinda al pastel marchándose de la reunión que ponía fin a la serie de citas que se han venido celebrando los últimos meses, coincidiendo ésta con la comparecencia del ex presidente provincial, José Manuel Tofiño, que no pudo acudir la semana pasada, cuando estaba prevista su intervención.
En las reuniones ha sido el portavoz el ex presidente, Arturo García-Tizón, pero ayer no acudía al Salón de Plenos, de modo que fue Emilio Bravo quien ejerció esta función. En su discurso apuntó su afecto personal hacia Tofiño y aseguró sentirse incómodo porque éste tuviera que verse en la circunstancia de tener que comparecer. Asimismo, indicó que como presidente usó los Presupuestos como creyó conveniente y gastó el dinero oportuno en realizar las obras en el piso del presidente de los cuatro con que cuenta la Diputación en Cardenal Cisneros.
Y agregaba que Tofiño, «al menos que yo sepa, nunca hizo política buscando el daño personal, cosa que creo que sí se está haciendo con esta comisión», que, además, «pone en compromiso a los funcionarios, que tienen que seguir trabajando» en Diputación pase el equipo de Gobierno que pase. Y tras ello, acompañado del otro diputado presente del grupo ‘popular’, Francisco Fernández, se marchó del Salón del Plenos. «Es que no hay caso, porque no se ha hablado de ninguna ilegalidad. Esto es un circo», remató antes de marcharse.
Esto levantó las críticas tanto del PSOE como del presidente de la comisión y diputado de Ciudadanos, Antonio López, que calificó esta actuación como una «falta de cortesía» hacia Tofiño, subrayando que con la misma «han hecho un flaco favor a la Diputación».
Por su parte, el actual alcalde de Illescas dejó claro que las obras que acometió en 2009 fueron avaladas por informes técnicos dado el mal estado, entre otras cuestiones, de la moqueta del piso del presidente, y que los trabajos fueron realizados por trabajadores de la Institución y costaron «20 o 30 veces menos» que los desarrollados por el PP en la pasada legislatura, que supusieron un montante de unos 240.000 euros.
También comentó que en ningún caso se valoró arreglar los otros pisos porque no se usaban , al tiempo que aseguraba que con las obras que se realizaron en 2009, el piso del presidente quedó lo suficientemente bien como para que pudiera vivir una familia con todas las comodidades, además de que en ningún caso eligió mobiliario ni nada de decoración, ya que sólo se cambió la televisión porque no funcionaba la que había.
Dijo que no le costaba que se hiciera una limpieza de forma periódica, o al menos él nunca lo ordenó, como sí se hizo con el PP, y que lo único que se compraba era comida para el Corpus, porque después de la procesión iban invitados a tomar «una cerveza», y que lo que sobraba se destinaba a «Cáritas u otras ONG».
Por último, José Manuel Tofiño recordó que el PP intentó deslucir su figura política denunciando la conversión de temporales a fijos de más de 100 puestos de trabajo poco antes de abandonar la Institución en 2011, y que «quedó en nada», al igual que hizo Ángel Luengo, portavoz del PSOE en la comisión, que recordó la denuncia del PP al comienzo de la pasada legislatura sobre la compra de miles de bombillas y que tampoco tuvo una resolución judicial a favor de los denunciantes, mientras que sí hizo daño al anterior equipo de Gobierno socialista, de ahí que no entendiera la lección de moralidad que pretendió dar Bravo durante su intervención.
Llega el momento de elaborar las conclusiones.
Terminadas las comparecencias, ahora llega el momento, como dijo el presidente de la comisión tras la conclusión de la cita de ayer, de elaborar las conclusiones, y mucho tienen que incluir en las mismas los redactores de dichas conclusiones si pretenden que trascienda algo más que lo que se ha podido saber hasta el momento, esto es, que García-Tizón dijo que el uso que dio al piso del presidente era «puntual» y parece que realmente fue habitual -todas las semanas se cambiaba la ropa de cama-. Y es que lo demás no dejan de ser juicios de valor respecto a la oportunidad de gastar más de 240.000 euros en el arreglo de unos pisos que no se utilizan mientras se negaban partidas para la puesta en marcha de planes de empleo o becas de comedor escolar, «caprichos» de García-Tizón que ya el PSOE se encargó de dejar claros durante los cuatro años de Gobierno del PP en la Diputación.