Apenas si se ‘nota’ la intervención realizada por Cristina Iglesias en la Plaza del Ayuntamiento. De hecho, cuenta la escultora que algún toledano se preguntaba «si eso era todo». La reflexión emitida por este paseante fue entendida por la autora apreciando que ahora «hace falta tiempo para mirar», para que el espectador de esta ruta escultórica vaya paladeando los conceptos gestadores de un proyecto que, en torno al agua, conforma un «recorrido circular» destinado a dibujar la relación del Casco con el líquido elemento.
Con el trabajo ya finalizado y con la fecha del 24 de abril como cita inaugural, Cristina Iglesias dedicó la jornada de ayer a la grabación de un vídeo explicativo de su actuación escultórica que, además de indagar en las bases del mismo, «enseña parte de las calles de Toledo y se ‘pierde’ un poco de la ruta marcada para atender a algún monumento importante», tarea que «es difícil» porque son muchos los que conserva esta ciudad. Por ello, el rodaje abordó la trama urbana de la ciudad y su relación con un proyecto -concretado en la Torre del Agua de la Fábrica de Armas, en el convento de Santa Clara y en la Plaza del Ayuntamiento- que, gracias a este trabajo, se acercará al residente y al visitante de una forma más directa y cercana.
En este punto, la escultora adelantó que este vídeo va a proyectarse «en la oficina de información y turismo del Ayuntamiento y en otros espacios» que todavía están por decidir. Pero no se queda ahí esta suerte de promoción porque, apuntó Iglesias, «se podrá contemplar también en Londres, en la web creada para la pieza, en la página de la propia autora y en la de la Fundación inglesa ‘Art Angel’», un camino que a partir de ahora sólo necesita «tiempo» para la comprensión.
Despertar las percepciones. Por ser una de sus «mayores preocupaciones como artista» realizar «construcciones que despierten las percepciones», la escultora asegura que «ese tiempo es necesario para contemplar algo destinado a abrir las puertas de la imaginación». Esta «preocupación», añade, se une a su intención de propiciar «una actuación que pase desapercibida, que parezca que siempre ha estado ahí», propósito que ha logrado y que tiene que ver con «un trabajo relacionado con el urbanismo y con los flujos de la ciudad», asuntos ambos que «me interesan mucho».
Porque la creadora de este recorrido llamado de ‘Las tres aguas’ afirma que desea «reflejar la ruta del agua aludiendo al agua como comunicador de conocimiento y de diálogo», ideas que están íntimamente ligadas a una ciudad protagonista de «la convivencia entre las tres culturas». Esta es la razón por la que Iglesias no ha perdido de vista la importancia de evidenciar «la estratificación de Toledo, de todas esas culturas» a través «del agua como metáfora de todo ello».
La visión se completa en todas las vertientes posibles con la exhibición de «la bonita relación que siempre ha mantenido el río con la parte más alta de la ciudad, y con la existencia de los acuíferos».
Así, la senda establecida por una de las escultoras españolas más reconocidas en el ámbito internacional transita por la Torre del Agua ubicada en la que fuera Fábrica de Armas y ahora es Campus universitario; por la cripta de Santa Clara que alberga «la pieza más recogida»; y por la fuente-estanque realizada en la Plaza del Ayuntamiento, un espacio cuya resolución urbana ha sido postergada durante años.
Allí, esta intervención ya limpia y finalizada ofrece una serie de ritmo orquestados en torno a «una secuencia en la que el agua corre por un cauce durante 10 minutos, se va y vuelve como si retornase del río» a modo, asegura, «del artificio de Juanelo» y desde el recuerdo de «subir el agua a la parte más alta de la ciudad» de Toledo.
Porque se trata de instar un pensamiento en el «todo estuviese comunicado», por lo que el recorrido «puede hacerse en cualquier sentido» a pesar de que «cuando pensé en ello lo hice primero en la Torre extramuros para luego ir subiendo».