El Círculo Toledano de Ilusionismo llenó de magia el Auditorio de Caja Rural de Castilla-La Mancha con un espectáculo muy trabajado para pequeños y también para mayores. En la antesala de la Navidad, el I festival de magia a favor de Unicef resultó ser un gran atractivo que a lo largo de una hora de duración mantuvo expectante a un público entregado con esta causa solidaria.  El colectivo, consciente de que muchos menores viven en países en vías  de desarrollo y necesitan de recursos como alimentos, ropa, material educativo y atención sanitaria, aportó su granito para respaldar programas de cooperación y emergencias que Unicef lleva a cabo con la infancia más vulnerable en más de 150 países.

Entre el Círculo Toledano de Ilusionismo y asistentes, que pagaron una entrada de tres euros, contribuyeron a la consecución de un mundo mejor. Este grupo de magos de toda la provincia se presenta con un trabajo destinado «a crear ilusión, da igual si es con cartas, con varitas o con kilos de arroz».

El festival comenzó a las 19,00 horas en el Auditorio de Caja Rural de Castilla-La Mancha. La diversión estuvo asegurada y tal era la expectación que antes de que comenzara el evento ya se habían reservado 250 entradas. También se habilitó una fila cero.

Tocaron todos los palos de la magia con el efecto sorpresa que dejó buen sabor de boca entre niños y niñas y en aquellas personas más mayores que a pesar de haber dejado atrás la infancia siguen creyendo en la ilusión. Inma Sánchez, coordinadora de Unicef Castilla-La Mancha, destacó cómo el Círculo Toledano de Ilusionismo se ha volcado en la iniciativa desde que Unicef se lo propuso.

Los fondos del festival ‘La magia que nos une’ irán destinados íntegramente a programas  de supervivencia infantil. Unicef, recuerda, trabaja de forma activa en la defensa de los derechos de la infancia y, en este sentido, asegura que se han conseguido «importantes» logros en las dos últimas décadas. Se ha reducido a la mitad el número de muertes de niños y niñas menores de cinco años por causas evitables como diarreas y sarampión. No obstante, todavía 17.000 menores fallecen cada día por estos motivos.