La diputada socialista en el Congreso Meritxell Batet dio ayer un paso al frente y confirmó que se presentará para liderar la candidatura del PSC por Barcelona en las próximas elecciones generales con el deseo de «mejorar» el resultado que obtuvo la última aspirante, Carme Chacón, y para ello se abrió a negociar las listas con las que concurrió el 20-D la también exministra de Defensa.

«Cuando se da un paso de esta magnitud se deber presentar con la voluntad de mejorar, ganar y hacerlo lo mejor posible», aunque no se hubiera presentado si Chacón hubiera decidido mantener su candidatura por tercera vez consecutiva, explicó Batet, que tiene un competidor en su carrera para liderar la candidatura socialista: el exsenador Carles Martí, que solo se retirará si la que fue número dos de Pedro Sánchez en las últimas generales acepta renovar las listas en profundidad.

La diputada socialista cree que la lista de Chacón era «una buena candidatura» y para los próximos comicios la tendrá en cuenta, aunque destacó que se confeccionará en base a una decisión colectiva de dirigentes y militantes.

«Conjuntamente decidiremos la mejor lista con la que el PSC puede concurrir a estas elecciones», ya que el partido cuenta con multitud de personas capacitadas y talentosas, enfatizó. Por ello, hablará con Martí para abordar este asunto: «Tenemos una relación muy cordial, hablaremos, pero hay que tener en cuenta que el tema de las listas no lo podemos decidir nosotros exclusivamente».

Preguntada por si incluiría al exlíder del PSC Pere Navarro -Chacón le excluyó-, aclaró que «todas las personas pueden sumar», pero insistió en que esta decisión se debe tomar más adelante y en base a un consenso.

Respaldo. Batet decidió dar el paso avalada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el del PSC, Miquel Iceta: «Sin su aliento y apoyo ni el de gran parte de la militancia no hubiera tomado esta decisión».

Concretamente, detalló que Iceta le hizo la «sugerencia directa» de que se presentara y que Sánchez le dijo que podía hacer un gran papel en Cataluña, pero que si no quería podía seguir siendo su número dos.  

La catalana consideró que  puede ser «más útil» para los socialistas desde la región, donde aportará su experiencia con Sánchez y como miembro del grupo negociador del PSOE para buscar un acuerdo de investidura que finalmente ha resultado fallido.  En este sentido, recalcó que «hay que poner en valor la capacidad de los socialistas para llegar a acuerdos con fuerzas que piensan diferente».