Una lacra que sigue latente

AGENCIAS
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Una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido maltrato físico o sexual por parte de su pareja y un siete por ciento ha sufrido una agresión de un desconocido a lo largo de su vida

Una lacra que sigue latente

Una de cada tres mujeres en el mundo ha experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja y un siete por ciento ha sufrido una agresión de un desconocido en algún momento de su vida, según estimaciones dadas a conocer con la publicación de un estudio publicado hace unos días en la revista The Lancet.

El documento, titulado Prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas: ¿Qué dice la evidencia?, y coordinado por especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Instituto Mundial de Mujeres de la Universidad George Washington (GWI), entre otros, examina diversos programas de todo el mundo encaminados a reducir y eliminar esta lacra, al tiempo que evalúa su eficacia.

El informe se publicó una semana antes de los 16 días de activismo contra la violencia de género, que tendrá lugar desde hoy y hasta el 10 diciembre, una campaña promovida a nivel internacional por varias ONG.

La investigación constata que las medidas actuales puestas en marcha a nivel mundial para erradicar el maltrato que sufren las mujeres y las niñas de todo el planeta son «insuficientes», por lo que los expertos abogan por luchar contra la desigualdad y desarrollar otras acciones preventivas con el fin de evitar futuros abusos en este segmento de la población.

Así, se alerta de que, a pesar de la existencia de una mayor atención mundial contra la violencia machista, aún se producen elevados niveles de agresividad, originados por sus parejas, o fruto de una violación, además de acciones relativas a la mutilación genital femenina (que han sufrido en todo el mundo entre 100 y 140 millones de pequeñas, y más de tres millones están en riesgo de padecer esta práctica), la trata o los matrimonios forzados (con cerca de 70 millones de casos en todo el mundo antes de cumplir los 18 años contra su voluntad), o consecuencia de conflictos y otras crisis humanitarias. «Para cambiar realmente la vida de las mujeres y niñas, hay que trabajar hacia la igualdad de género y en la prevención de la violencia antes de que comience», detalló el codirector de la serie, el profesor Charlotte Watts, director fundador de la Violencia de Género y el Centro de Salud en la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical de Londres. «No hay una varita mágica para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas pero la evidencia nos asegura que es posible un cambio en las actitudes y comportamientos, y se puede lograr en menos de una generación», apuntó, y destacó que algunos de los programas más efectivos cuentan con la participación de todas las partes interesadas, por lo que otro de los coautores del artículo, Diana J. Arango, científico en el GWI, aboga por «involucrar a toda la sociedad».

El texto añade que las actuaciones que se lleven a cabo giren en torno a la prevención de todas las formas de abuso para que la violencia «no se produzca desde un primer instante», por lo que aboga por trabajar tanto con los autores de las agresiones, como con las mujeres y las niñas, «para lograr un cambio duradero mediante la transformación de normas sociales profundamente arraigadas» en la sociedad.

Repercusiones.

El maltrato repercute sobre la salud física y mental de las afectadas, según los autores del texto que, aunque reconocieron que muchos países «han hecho progresos sustanciales», piden a los Gobiernos que comprometan «recursos financieros suficientes para garantizar que sus compromisos verbales se traduzcan en un cambio real».

Además, indicaron que la violencia a menudo se ve como un problema social y penal, y no como un problema de salud pública.