Talavera puede presumir de tener una de las Ferias del Libro más antiguas de toda la región, ya que es muy difícil encontrar en Castilla-La Mancha una localidad que acumule ya 29 ediciones de un encuentro cultural en el que la literatura es la principal protagonista. A lo largo de estas casi tres décadas de andadura, la cita con los libros talaverana ha contado con la presencia de autores muy importantes inmersos en la promoción de sus obras más recientes. Sin ir más lejos, este año han pasado por la carpa instalada para la ocasión en los Jardines del Prado Nieves Herrero o Elsa Punset.
La historia de la Feria del Libro de Talavera es también, en cierta medida, la historia de la evolución del diseño de sus carteles, debido a que cada nueva edición ha contado con nuevos elementos para ilustrar la convocatoria. Desde hace algo más de diez años se encarga de esta labor la Escuela de Arte, centro que implica a profesores y a alumnos para que se presenten diferentes propuestas al concurso que organiza el Ayuntamiento para elegir la imagen representativa del evento ferial.
Este año el trabajo ganador llevaba la firma de Brady Rivero, un joven estudiante que plasmó en un fondo de color verdeazulado la imagen del lobo del cuento de ‘Caperucita Roja’. En concreto, el cartel mostraba al animal leyendo un libro, así como el estómago del lobezno, donde la propia Caperucita estaba sentada también leyendo.
Hasta aquí todo normal. Pero la cosa comienza a torcerse cuando se lleva a cabo el viernes de la semana pasada la inauguración oficial de la Feria del Libro. Este acto, que sirve tradicionalmente para que el Consistorio entregue un reconocimiento al ganador del concurso del cartel ilustrador, se vio notablemente alterado este año, debido a que sí hubo el habitual corte de cita inaugural, pero no hubo ninguna entrega de premios. Y es que las autoridades municipales que acudieron a la convocatoria se enteraron en ese mismo momento que Brady Rivero había plagiado la imagen del cartel promocional, debido que copió un diseño elaborado por una ilustradora profesional española que reside en Versalles (Francia), llamada Laura Gómez, que lo elaboró para el Salón del Libro de París del año 2014.
Este hecho ha generado un profundo malestar en la Escuela de Arte, donde ya están estudiando las medidas a adoptar para depurar responsabilidades. «Es una situación muy desagradable para todos», explicó ayer a este periódico el director del centro, Fernando Garcés, quien aclaró que el premio no tenía gratificación económica.
Por su parte, desde la Concejalía de Cultura también han tomada cartas en el asunto y han optado por modificar el logotipo de la Feria del Libro. Por este motivo el cartel anunciador ha sido alterado y en lugar del lobo y de Caperucita Roja se ve ahora un fondo de color negro sobre el que se ha colocado el escudo talaverano.