Era el momento de escribir « en largo y sobre papel». El periodista Paco Egido regresa a la ciudad en la que trabajó para presentar su primera novela -‘Tan cerca de tí’- y para recordar tiempos e historias que son, al fin y al cabo, los que nos ha tocado vivir en suerte.

Fuera de la histórica roca desde hace ocho años, durante este periodo no ha dejado de pensar en una trama que nació al amparo de un hombre, el inigualable Cipriano, conocido como ‘el amigo de los pobres’, que ya entonces mostraba su preocupación por el cambio de perfil de las personas que a él acudían solicitando ayuda.

Ese comentario desencadenó, en Egido, la necesidad de abordar una pieza destinada a ofrecer una «visión optimista de una realidad dramática». Un reto no sencillo de lograr pero, todo hay que decirlo, digno de emprender desde lo cotidiano de cinco vidas «de personas normales - Lucía, Pablo, Dania y Elena- que se entrelazan». Porque todas ellas acaban relacionadas con la existencia de Antonio, un hombre sencillo con una vida organizada  que, de repente, se queda sin nada.

Por ello, y eligiendo la senda de lo positivo de esta situación ce crisis, rescata los cambios propicios nacidos por una época que «nos ha puesto a cada uno frente a nuestro espejo». No en vano las situaciones vividas por los personajes de esta novela «nos pueden suceder a nosotros».

Dice, el autor, que ‘Tan cerca de tí’ -acentuado para recalcar lo dicho anteriormente instando a una implicación directa del lector- es «una historia de segundas oportunidades» en el sentido de que sus personas «acaban rehaciendo parte de sus vidas». Y como nunca está de más caminar con la senda del optimismo, Egido sostiene que ‘gracias’ a la crisis la sociedad «ha cambiado».

Lo ha hecho, aprecia, porque «a todos nos ha tocado o conocemos a personas cercanas que lo están pasando mal», de ahí que muchas personas, y sobre todo jóvenes, «hayan decidido prestar su tiempo a causas solidarias o de voluntariado». Además, considera que el efecto también ha llegado con «una mayor implicación de las personas a la hora de ver cómo podemos cambiar las cosas».

Por supuesto, ni qué decir tiene que «todos nos hemos dado cuenta de que hay que valorar lo que tenemos», asunto que «no teníamos muy en cuenta cuando sólo aspirábamos a ascensos profesionales y personales» sin prestar atención a lo esencial, a esas «pequeñas cosas» imprescindibles.

La radiografía que muestra esta ágil novela -de 178 páginas- se presenta como una suerte de espejo ante el que estudiarse y preguntarse; ante el que plantearse prioridades, deseos y esperanzas. Aspectos, apunta Egido, que se han visto modificados.

En cuanto a esta primera incursión literaria,  que no creativa -ha sido guionista de cuatro cortos-, afirmó que no ha sido «tarea fácil porque nunca es fácil escribir» y, sobre todo, hacerlo a través de la autoedición. Una dinámica cada vez más habitual, ya que «las empresas editoriales apuestan por valores seguros» en días en los que «cada vez se leen menos libros».

Este desolador panorama, sin embargo, no intimidó a quien dice que «la autoedición es la forma de apostar por uno mismo». Propuesta que ofrece la «ventaja de controlar todo el proceso» pero que cuenta, claro está, con la desventaja de que «tú estás para todo y por todo». Empeñado, por suerte, en extraer lo mejor de cada situación y momento, Paco Egido fue explícito al apuntar que lo bueno de este sistema es que «democratiza» un sector hasta hace poco tiempo ‘minoritario’, y que dispensa a cualquiera la oportunidad de publicar una obra. Además, indicó que el riesgo de quien lo prueba «es muy pequeño».

Pues bien, con libro bajo el brazo, Paco Egido ofrece su novela en las librerías de la ciudad y a través de la venta online sin coste añadido. Otra de las ventajas, destacó, de «la autoedición».