El Hospital alerta de los mitos en la alimentación de pacientes oncológicos

L.T.
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El Hospital General ‘Nuestra Señora del Prado’ de Talavera ha editado un decálogo con recomendaciones sobre la alimentación de pacientes oncológicos para ofrecer consejos nutricionales sencillos que faciliten la buena práctica alimentaria de las personas con cáncer. Esta iniciativa se enmarca dentro del Día Mundial del Dietista Nutricionista coordinada por el Consejo General de Dietistas Nutricionistas de España que se celebró ayer por primera vez en nuestro país.

La dietista nutricionista del Hospital de Talavera, Marta Milla, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Dietistas Nutricionistas de Castilla-La Mancha, explica que el tratamiento del paciente oncológico requiere un «abordaje integral».

Existen muchas creencias populares erróneas o plagadas de dudas que relacionan el cáncer y la nutrición y, aunque no haya ningún alimento que cure en sí mismo el cáncer, la alimentación juega un papel fundamental en la prevención y en los tratamientos de la enfermedad, explica Milla.

«Cada vez escuchamos más en los medios de comunicación noticias como que el azúcar alimenta los tumores, que hay ciertas verduras que tienen propiedades curativas y lo cierto es que no hay evidencia científica disponible de que ningún alimento tenga la capacidad de curar, ahora mismo lo que tenemos es la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia», explica Milla.

El decálogo de consejos sobre alimentación para pacientes oncológicos elaborado por el Hospital incluye una tabla en la que se muestran los tipos de alimentos y la frecuencia con la que se deben tomar. Éste será expuesto en Hospital de Día Oncológico y en las consultas de Oncología.

Así, se recomienda seguir una dieta rica en productos integrales, frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos y aceites de semillas, junto a un estilo de vida saludable con ejercicio físico y ausencia de tabaco. La alimentación equilibrada en estos casos es básica porque los efectos secundarios de la quimioterapia (vómitos, diarrea, náuseas, estreñimiento, mal sabor…) van a alterar enormemente las necesidades energéticas del paciente, al igual que las necesidades de proteínas, lípidos y vitaminas. También es recomendable adaptar la dieta a las diferentes situaciones del paciente, de manera que si es necesario se puede modificar la consistencia y textura de los alimentos.