igarciavillota@diariolatribuna.com

Muchos continuaban del tirón la fiesta desde el mediodía y solo salieron de la carpa instalada en la explanada de Santa Teresa para contemplar los fuegos artificiales. Una esperada Nit del Foc que fue muy aplaudida por los toledanos y algo menos por los valencianos, acostumbrados al ruido intenso como nadie.

Diez minutos de luz y sonido que empezaron prácticamente a las doce de la noche del sábado para acabar entre los aplausos de los asistentes. Un eventos que dio paso a una madrugada que no terminó de convencer a buena parte de los vecinos del entorno, teniendo en cuenta que algunos pegaron ojo con dificultad.

Los fuegos artificiales no fueron muy largos pero la pólvora destacó por ser poblada, por lo que el balance final resultó positivo.

Palmeras, castillos... Los palmeras de colores y algunos castillos de fuego fueron lo más destacado de unos fuegos artificiales que combinaron lo valenciano con lo castellano, según explicaba el viernes la gerente de la pirotecnia de Valmojado Discomfa, encargada del evento.

La lluvia respetó, por lo que el cielo despejado permitió disfrutar del espectáculo en su plenitud, aunque el viento provocó la caída de algunos restos de los cohetes a una distancia considerable del lugar del espectáculo.