Una iniciativa ciudadana en la plataforma www.change.org lleva recogidas cerca de 3.000 firmas para que el Papa Francisco celebre una eucaristía en rito extraordinario, es decir, conforme al misal de San Pío V editado en 1962 por el beato Juan XXIII, el mismo que dejó de emplearse en las celebraciones litúrgicas tras la reforma del Concilio Vaticano II, apareciendo el actual, el ‘Novus Ordo Misae’ de Pablo VI, que promulgó el nuevo misal en abril de 1969.
Este rito, que se celebra en latín y de cara al altar, tanto fieles como el sacerdote, ha suscitado en las últimas décadas un intenso debate sobre la ruptura, para algunos, del rito romano. Debido a estas suspicacias, en 1984 el Papa Juan Pablo II concedió la facultad de usar el misal del beato Juan XXIII -rito extraordinario- incluso, cuatro años más tarde, exhortó a los obispos a utilizar esta facultad siempre y cuando hubiese fieles que lo solicitasen, como ahora es el caso del movimiento de internautas católicos generado en la web www.change.org.
Pero la historia va más allá, y con el fin de conciliar ambos ritos, el Papa Benedicto XVI de motu proprio en la carta ‘Summorum Pontificum’ de 2007 establece el uso de ambos misales romanos, asegurando que no hay ninguna contradicción entre las dos ediciones del misal. «En la historia de la liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura», indicaba entonces el pontífice Benedicto XVI, que incluso llegó a celebrar el 13 de enero de 2008 en la Capilla Sixtina la festividad del bautismo de Jesús mirando hacia el altar aunque la ceremonia no se desarrolló según el Misal de San Pío V, sino por el ordinario y en italiano.
Cardenal Cañizares. La petición de los internautas es complicada, ya que el Papa Francisco es el primer pontífice que siempre ha celebrado en rito ordinario, es decir, por el misal romano de Pablo VI, quedando la misa histórica de la Iglesia católica con más de 2.000 años de historia en un segundo plano desde la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.
El cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ya en 2009 se mostraba partidario del rito extraordinario, de hecho, en el prólogo a la edición española del libro ‘La reforma de Benedicto XVI’ de Nicola Bux, sobre la liturgia entre la innovación y la tradición, anima a emplear la celebración extraordinaria o de San Pío V en los oficios de Semana Santa o para la Vigilia de Pentecostés, así como para celebraciones de comunidades especiales, tanto de vida consagrada como cofradías o hermandades.
«El hecho de que el uso sea extraordinario no debe significar que sea usado solamente por sacerdotes y fieles que se acogen al modo extraordinario», apunta el cardenal Cañizares en el prólogo, para añadir que el misal editado por el beato Juan XXIII en 1962 «se trata de un tesoro que es herencia de todos y al cual, de una manera u otra, todos deberían tener acceso».
Rito extraordinario en Toledo. Participar y escuchar misa en latín por el rito del Papa Pío V es posible en la ciudad cabecera de la Archidiócesis Primada gracias al cardenal Cañizares, que amparó hace algunos años en la Iglesia de San Salvador a la comunidad de Hermanos de la Fraternidad, que celebran la misa tridentina todos los domingos a las diez de la mañana.
Este rito no es exclusivo de sacerdotes de antaño. Cada vez son más las hermandades que solicitan a sus directores espirituales recuperar la solemnidad de la liturgia de San Pío V, publicada por primera vez en 1570 y relegada a un segundo plano por el Concilio Vaticano II.