Cecilio Mariano Guerrero Malagón vuelve a los museos. Lo hace desde este miércoles al Museo del Greco, un espacio que el pintor de Urda conoció y estudió al detalle para empaparse de las pinceladas, el color y la textura del maestro de Creta. La paleta del Greco está en cada cuadro de Guerrero Malagón, el artista urdeño que fallecía en 1996 siendo hijo adoptivo de Toledo.
La sala de exposiciones temporales del museo del Paseo del Tránsito vuelve a acoger dentro del programa ‘Pieza invitada’ obras ajenas a la colección permanente y al pintor al que están dedicadas las instalaciones que dirige José Antonio García Castro.
Así, gracias a la disposición del primogénito de Guerrero Malagón, el escultor Mariano Guerrero Corrales, el museo expone a partir de mañana tres lienzos de grandes dimensiones con la firma del pintor de Urda, el mismo que además de contar con una producción propia, copió al Greco hasta en más de 70 ocasiones por encargo, entre otros, del pintor, escultor y artista plástico aragonés José Lapayese Bruna.
En el marco del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús -motivo que ha generado la muestra de estas obras de Guerrero Malagón en el Museo del Greco- el lienzo en el que el artista plasmó el entierro de la Santa de Ávila regresa a una sala de exposiciones 14 años después. ‘Entierro de Santa Teresa’ se expuso al público en 1990 en la Posada de la Hermandad.
La exposición ‘Toledo en un hombre’ impulsada por la Junta Pro-Corpus fue el contexto para mostrar esta pintura firmada en 1969. La obra se presentó entonces con fragmentos literarios del texto ‘Ballet en la Venta del Alma’, en el que Guerrero Malagón escribe fantasías y sentimientos sobre la ciudad, incluso inventa diálogos entre el Greco, Cervantes, Goya, Quevedo y San Juan de la Cruz.
Los otros dos cuadros que se expondrán en el Museo del Greco son ‘Semana Santa de Toledo’ realizado entre 1969-1970, y ‘La noche de los tiempos’ de 1977, en el que Guerrero Malagón resucita siglos después de su muerte a los grandes cardenales y arzobispos de Toledo. Las tres obras que ahora recupera el Museo del Greco pertenecen a la colección particular de la familia del artista.