Doce miradas a la obra del Greco desde Valladolid

César Combarros/Ical
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El Museo Nacional de Escultura de Valladolid muestra desde ayer la exposición 'Entre el cielo y la tierra: 12 miradas al Greco, 400 años después'

Doce miradas a la obra del Greco desde Valladolid

El Museo Nacional de Escultura de Valladolid acoge, hasta el próximo 3 de agosto, la exposición ‘Entre el cielo y la tierra, doce miradas a El Greco cuatrocientos años después’, que reúne obras de una docena de creadores contemporáneos que, de una u otra forma, han entablado diálogo con el discurso establecido siglos atrás por el autor de ‘El entierro del conde Orgaz’. Así, el trabajo de Carlos León, Pierre Gonnord, Jorge Galindo, Luis Gordillo, Darío Villalba, Cristina Iglesias, Marina Núñez, Montserrat Soto, José Manuel Broto, Secundino Hernández Pablo Reinoso y Din Matamoro dialogan con las doce piezas del ‘Apostolado del marqués de San Feliz’, uno de los tres existentes en todo el mundo que están atribuidos a El Greco (y a su taller, en este caso), que forma parte de la Colección del Museo Nacional de Escultura si bien está depositado en el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo.

La exposición forma parte de las actividades seleccionadas por la Fundación El Greco 2014 para conmemorar el cuarto centenario de su fallecimiento. Durante siglos, el paso del tiempo silencio la trascendencia de su obra, y fue considerado «un extranjero extravagante, muy poco útil para sacralizar la historia nacional», en palabras de la directora del Museo Nacional de Escultura, María Bolaños.

Según recordó el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, Jesús Prieto, fue sólo hace cien años, gracias a la Generación del 14 y al entusiasmo y fascinación con que se acercaron a sus lienzos creadores como Santiago Rusiñol, Ignacio Zuloaga o Miquel Utrillo, cuando tuvo lugar lo que calificó como «la resurrección de El Greco». «Toda la pintura moderna tiene su origen en El Greco. Tras la Generación del 14, clásicos contemporáneos como Picasso, Cézanne, Kokoschka o Pollock han reconocido la influencia que en ellos supuso El Greco, un creador cuyos ecos se siguen proyectando con una fuerza enorme, que nos dejó un semillero creativo cuyos frutos siguen germinando», añadió.

Jesús Prieto destacó que «el significado que tiene El Greco no está agotado. Hoy tiene una vitalidad inmensa, pese a lo cual se encuentra aún en fase de juventud, con muchísimo camino por recorrer», y recordó que intelectuales de principios del siglo pasado como Manuel Bartolomé Cossío aseguraron que su pintura es «la gran expresión del alma castellana».

La comisaria de la exposición, la madrileña Isabel Durán, subrayó por su parte que la docena de artistas seleccionados en la muestra son «los auténticos protagonistas de la exposición», ya que «son ellos los que demuestran que El Greco sigue muy vivo». Las piezas, seleccionadas o encargadas por ella en connivencia con los creadores, «se complementan y funcionan trazando diálogos entre sí».