Una portería maldita

AGENCIAS
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El 'caso De Gea' es el último episodio de la reciente Historia del Madrid y sus cancerberos

Hubo una época en la que desde Barcelona miraban con envidia a la portería del Real Madrid, mucho más tranquila que la azulgrana, que parecía maldita desde la salida de Zubizarreta. Solo la consolidación de Víctor Valdés llevó algo de calma a la hinchada ‘culé’. Mientras, los blancos seguían coleccionando títulos gracias a las manos de un canterano que, incluso, permitió a España conquistar dos Eurocopas y un Mundial. Sin embargo, el sueño se tornó en pesadilla e Íker Casillas pasó, de la noche a la mañana, de ser ‘El santo’ al banquillo, comenzando así un relato que ha tenido en el ‘caso de Gea’ el último capítulo y que ha dañado la imagen de la entidad ‘merengue’. Aunque quizá aún queden más.

Mourinho

El entrenador portugués siempre había asegurado que Casillas no encajaba en el tipo de portero por el que había apostado en su carrera (guardametas altos y con buen juego de pies). Sin embargo, al principio, no se atrevió a sentar al mostoleño en el banquillo hasta que cuestiones deportivas y, sobre todo, ajenas al campo fueron deteriorando su relación. Así, el luso aprovechó la lesión del ídolo madridista en enero de 2013 para dar la titularidad a Adán y fichar a Diego López por 3,5 millones de euros en el mercado de invierno. A pesar de la recuperación de Casillas, el capitán no volvería a vestir la camiseta blanca con Mourinho.

Alternancia

La llegada de Carlo Ancelotti al Madrid no le devolvió la titularidad a Casillas, al menos de forma completa. El italiano tomó una decisión salomónica: Diego López jugará la Liga y el mostoleño, los duelos de Champions y Copa. El conjunto blanco levanta, curiosamente, los dos títulos en los que Casillas defendió la portería ‘merengue’. Al final de la campaña, López decidió irse al Milan.

Navas

Tras una buena temporada defendiendo la portería del Levante, el conjunto blanco fichó a Keylor Navas, un arquero de perfil bajo, perfecto para que Casillas recuperase la titularidad. Sin embargo, parte de la afición no perdonó la marcha de Mourinho y López al considerar al capitán culpable de ambas salidas, por lo que comenzaron los pitos.

Finiquito a Casillas

Harto de la situación, el mostoleño pidió salir del club, aunque tenía claro que no se marcharía a cualquier precio, pues le restaban dos años de contrato y su idea siempre había sido retirarse con la camiseta del conjunto capitalino. Sin embargo, el club eentendió que había llegado la hora de decir adiós a su capitán y no dudaron en pagar de 13 a 15 millones al Oporto para que acometiera su fichaje.

Casilla

Cuando Casillas se despidió del club, el Madrid llevaba ya meses tratando de fichar a David de Gea. Como casi siempre desde que Florentino Pérez es presidente, la entidad habló primero con el jugador para que fuese él quien diese el primer paso de forma pública. Así, si el futbolista expresó su deseo de aterrizar en el Bernabéu, al Manchester United no le quedó más opción que negociar. Los ingleses, no obstante, hicieron oídos sordos y ante la perspectiva de no convencer a los británicos, los ‘merengues’ buscaron un nuevo portero, Kiko Casilla, que supuso un desembolso de seis millones de euros para las arcas de Concha Espina.

Fuera de tiempo

Después de todo el verano con el nombre de De Gea encima de la mesa, ambos clubes alcanzaron un acuerdo el mismo día en el que se cerraba el mercado. Sin embargo, los papeles del traspaso del portero no llegaron a tiempo a la sede de la Liga y el arquero no fichó por el Madrid. Ambas entidades se culparon mutuamente del ridículo.

Perdón

La llegada de De Gea al Madrid suponía, además, la marcha de Keylor Navas a Manchester. Al frustrarse el negocio, el presidente de los blancos pidió perdón al costarricense, al tiempo que le prometió una subida salarial, puesto que los ‘red devils’ le aseguraban el doble de su ficha actual en el conjunto ‘merengue’.

 

Prima millonaria

Dormirse en los laureles y no poder cerrar el acuerdo a tiempo le costará al club blanco una cantidad cercana a los 10 millones de euros, cifra que acordaron De Gea y el Madrid en el caso de que no se formalizase el contrato. El guardameta cumplió su parte forzando al máximo su salida del United y ahora es el conjunto ‘merengue’ quien debe cumplir su parte del trato. Queda en el aire, además, el futuro del arquero madrileño, que podría, incluso, renovar con sus ‘red devils’.