El CD Toledo, un cuadro

Área 11
-

El equipo verde cae en el campo del Gernika con goles de Lander, enla primera parte, y Etxabe, nada más comenzar la segunda. Roberto falló un penalti

Segunda jornada, segunda derrota. Esta vez en el campo de Urbieta, en Gernika, y por el mismo resultado que el pasado domingo (2-0). El equipo dirigido por Onésimo Sánchez recibió un gol en cada parte (Lander y Etxabe) y lo peor de todo es que no le salió nada  ni dio sensación de poder levantar el marcador. La única posibilidad real fue un penalti que tuvo a su disposición Roberto y que como el día del Trofeo de Ferias frente al Conquense, falló, en esta ocasión mandándolo al cielo.

Los verdes ya se fueron con desventaja en el marcador en una primera parte en la que el Gernika se adelantó gracias a un testarazo de Lander tras un saque de esquina botado por Larruzea desde la derecha. Hasta ese momento, el CD Toledo controlaba las escasas embestidas de su rival aunque era capaz de generar peligro. El choque, por lo tanto, estaba siendo equilibrado jugándose principalmente en el centro del campo y en el que ninguno de los dos equipos generaban ocasiones de gol. Los centrocampistas capitalinos no podían imponer su mayor calidad en la medular.

El Gernika fue el primero que lo intentó con un disparo lejano de Simón que se marchó desviado. La réplica toledana llegó pocos minutos después, cuando Txomin, demasiado escorado, no acertó entre los tres palos de la portería de Altamira. Justo antes, Carracedo había intentado sorprender a Zabal con un chut desde el centro del campo que se marchó por encima del larguero. Mediada la primera parte ninguno de los dos conjuntos había podido imponer su estilo de juego pero poco a poco el CD Toledo fue retrocediendo metros y el Gernika empezó a crear peligro con un juego muy directo que empezó a incomodar a los pupilos de Onésimo que ya ni se acercaban a los dominios de Altamira.

Así las cosas, los gernikarras empezaron a forzar saques de esquina hasta que en el minuto 37 llegó la diana de Lander para delirio de la afición congregada en Urbieta. Un Toledo agarrotado y sin capacidad de reacción pudo encajar un segundo gol en el añadido, al desaprovechar los vascos dos claras ocasiones de gol. En la primera de ellas Entziondo se coló entre los centrales verdiblancos pero remató flojo y muy centrado a las manos de Zabal. Acto seguido, el propio Entziondo, libre de marca, no llegó por poco a un centro desde la derecha de Etxabe en una jugada que podía haber significado el 2-0. Lo mejor que le pudo ocurrir a un decepcionante Toledo es que el árbitro pitara el final de la primera parte.

El segundo, en la frente.Tocaba reaccionar tras el descanso, pero no pudieron empezar peor las cosas para los de Onésimo Sánchez, que, por cierto, cambió a Echaide por Rubén Garcés. Parecía que el paso por vestuarios serviría como bálsamo para los toledanos, pero nada más lejos de la realidad, puesto que apenas habían transcurrido 45 segundos desde la reanudación cuando Etxabe aprovechó una pérdida rival para batir a Zabal.

Con el marcador tan cuesta arriba, los visitantes reaccionaron, pero de forma tímida. Mantuvieron el control del balón y rondaron el área contraria pero sin llegar en poner en aprietos al arquero adversario. Onésimo metió en el campo a Juan Esnáider y Rubén Arroyo para buscar más profundidad y fue el primero el jugador sobre el que se cometió el penalti al recibir un puñetazo del portero Altamira cuando remataba de cabeza. No obstante, Roberto no acertó desde el punto fatídico y mandó el balón al cielo. Tras esta jugada, fue Javi Luaces quien movió el banquillo al meter a Luariz en el campo en sustitución de otro delantero, Etxabe, y Luariz aportó frescura al equipo. De hecho, una galopada suya por la izquierda acabó en un centro que no encontró rematador y que podría haber servido para incrementar la renta.

Poco después el técnico gernikarra introdujo en el césped a Endika Bordas en lugar de Entziondo con el objetivo de dar pausa al juego, por lo que los blanquinegros, que estuvieron muy intensos durante toda la tarde, apenas pasaron apuros en la recta final del partido. De este modo, el paso de los minutos benefició al Gernika, que no pasó apuros para mantener la renta adquirida.