Recorrido entre mantillas

J. Guayerbas
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Recupar una tradición, ese es el objetivo de un grupo de toledanas que el Viernes Santo recorrieron junto a sus parejas los monumentos de las iglesias y conventos

Recorrido entre mantillas - Foto: Yolanda Redondo

 

Tradición, luto y respeto se conjugan cada Jueves y Viernes Santo en torno a la liturgia que se celebra en los templos para conmemorar desde la creencia cristiana la Pasión y Muerte de Jesús, que hoy, domingo, resucita. La mujer de antaño lucía peina y mantilla para hacer el recorrido por los monumentos de las iglesias y de los conventos, una tradición perdida en Toledo, que no en otras ciudades, y que este año se ha decidido recuperar.

La iniciativa ha partido de un grupo de conocidos y amigos cofrades de la Hermandad del Descendimiento. Ellas, con mantilla, y ellos, de riguroso luto en sus trajes chaqueta y corbatas. La mantilla española desfiló el Viernes Santo desde la calle Trinidad hacia la capilla de San Pedro del templo Primado, y de ahí a los cobertizos, a los Padres Carmelitas y a las Gaitanas.

Angelines es una de esas toledanas que regresó a la ciudad hace algunos años tras varias décadas de residencia en Sevilla. La mantilla no es sólo para el Corpus, también para Semana Santa, y no sólo para procesionar, sino para recorrer monumentos. Esta es la base de una iniciativa que nace de toledanos para Toledo.

- Foto: Yolanda Redondo En esta ocasión han sido hasta seis las parejas que en grupo han lucido estas piezas textiles bordadas sobre tul y que sólo pueden llevarse a partir de la mayoría de edad, tal y como establece el protocolo, al igual que una vez que cae la noche está estipulado que debe retirarse.

En cuanto al tipo, las mantillas pueden ser de blonda o de chantilly, según el presupuesto de cada cual. Mientras que el Jueves Santo la mantilla se viste dejando descubiertos cara y pelo; el Viernes Santo, conmemoración de la muerte de Cristo, la mantilla se coloca cubriendo la frente con la blonda sobre la misma unos dos o tres centímetros y siempre a la altura de las sin sobrepasar el largo del vestido, también negro.

Entre los complementos, además del rosario y la pequeña cartera de mano, las joyas son importantes, y sobre todo, conocer qué joyas portar.

El broche que sujeta la peina a la altura de la nuca siempre en plata o de oro blanco, al igual que los pendientes, largos, sean o no de perlas. Un colgante de plata completa el conjunto que ojalá la próxima Semana Santa se repita multiplicado en el recorrido y visita a Jesús sacramentado en los monumentos de iglesias y conventos.