El semáforo de la discordia. Quizá podría resumirse de esta manera la polémica suscitada entre la Junta y el Ayuntamiento tras el cierre de las dársenas para autobuses anejas al remonte mecánico de Safont inaugurado el martes. Pero el tema va mucho más allá, según comentaron ayer los concejales de Urbanismo y de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Javier Nicolás y  Rafael Perezagua, a primera hora de la mañana. Lo cierto es que ambos explicaron que existe «un problema de seguridad vial» en estas instalaciones, sobre todo, «por el giro a la izquierda» que tienen que realizar los autobuses a la hora de incorporarse a la vía.

En este caso, Perezagua insiste en la necesidad de instalar un semáforo para que la salida de los autobuses de la zona del remonte se realice «con seguridad», puesto que la Avenida de Castilla-La Mancha soporta más de 6.100 vehículos a diario. Por tanto, el Ayuntamiento, que mantiene la competencia en relación a la movilidad en la ciudad, no tiene intención de retirar las vallas hasta que la Junta corrija las deficiencias detectadas y apoya su argumentación en informes técnicos del ingeniero municipal y del jefe de la Policía Local.

«Hablé con el viceconsejero de Fomento y con Gicaman para pedirles que no retiraran las vallas tras la inauguración», apuntó ayer Perezagua, pero aseguró que el Ayuntamiento se vio obligado a instalar unas municipales en cuanto la zona se abrió al tráfico para evitar problemas. Además, recordó que el Ayuntamiento debe recepcionar el remonte de Safont y sólo lo hará cuando se reúna la comisión de seguimiento, los técnicos aseguren la seguridad de la infraestructura y se cumplan «una serie de condicionantes» que garanticen que las obras están bien realizadas.

En cuanto al semáforo, Perezagua no recuerda si estaba contemplado o no en el proyecto «porque como lo han amputado tanto no sé si se han llevado por delante también los cables del semáforo», comentó, aunque no aludió al visto bueno que recibió el proyecto de las obras del remonte en su  momento por parte del Ayuntamiento.  También aprovechó para dejar clara su sorpresa «por la falta de una correcta señalización vertical» tanto para el acceso de los autobuses como para los peatones en todo el entorno.  

En este caso, también intervino Nicolás para poner un ejemplo:«Cuando uno se compra una casa no lo hace sin puerta», así que apuntó que la Junta debe completar las obras a pesar de que insiste en que están listas. Sin embargo, ambos concejales observaron que ayer todavía había personal trabajando, lo que confirma «una inauguración precipitada», según Perezagua.

el rodadero. Ambos apuntaron también su preocupación por «la inestabilidad del rodadero» y su estado «no ofrece garantías a los técnicos municipales». Por tanto, insisten en la necesidad de convocar esa comisión de seguimiento, que ya solicitaron desde el Ayuntamiento a finales de agosto, porque hay que resolver «los problemas», incluidos los de accesibilidad, antes de que el remonte pase a manos del Ayuntamiento.

«Para el Gobierno local es más importante la seguridad de las personas que una placa descubierta por Cospedal», explicó Perezagua. También aprovechó para recordar «que la obra la pensaron y la decidieron los toledanos y el cambio de gobierno en la región ha hecho que Cospedal termine el remonte a regañadientes», un proyecto diseñado por Moneo que el Ayuntamiento encomendó a la Junta.

Por último, Nicolás y Perezagua defendieron el papel de Page en la inauguración, donde ofreció «un discurso racional» sobre el proyecto porque se trata de una infraestructura «muy importante» para la ciudad, y subrayaron que tanto el alcalde como ellos estuvieron en el estreno «por cortesía».