Un herido grave por una cogida de toro en los encierros de Numancia

J.F.
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Un joven de unos 30 años de edad y vecino del pueblo tuvo que ser atendido en el quirófano móvil instalado en los aledaños de la plaza de toros por espacio de unas tres horas

La cogida tuvo lugar sobre las 20,15 horas del viernes. - Foto: Yolanda Redondo

Un joven de unos 30 años de edad y vecino de Numancia de la Sagra sufrió en la tarde del pasado viernes heridas de gravedad durante el encierro que tenía lugar en el municipio con motivo de la celebración de sus fiestas patronales. Según informan fuentes del servicio médico que atendió al hombre, éste, pese a las múltiples heridas y contusiones, tuvo una gran suerte, ya que una de las heridas le afectó al torax y estuvo a punto de atravesarle el corazón.

Los hechos tenían lugar sobre las 20,15 horas, cuando el joven pretendía entrar entre las barras instaladas por el Ayuntamiento para los encierros, algo que no pudo completar, por lo que fue cogido por el toro, que le mantuvo en el suelo «durante un buen rato», empitonándole en varias partes de su cuerpo.

Una de las cornadas se produjo en la cara anterior del hemitorax derecho, a la altura del corazón, aunque el pitón no penetró. Chocó con la costilla y esto impidió que hiriera el corazón, que podría haber sido literalmente partido en dos, como indican estas fuentes médicas. Eso sí, le «destrozó» el pezón y le obligó a recibir cerca de medio centenar de puntos de sutura, porque le hizo añicos la piel de la zona.

Otra de las heridas fue la de la pierna izquierda, que los servicios médicos consideraron como la más importante en tanto que algunos de los músculos quedaron completamente rasgados, con sección nerviosa incluida. Uno de los músculos quedó prácticamente partido por la mitad y, además, deshilachado.

Los servicios sanitarios procedieron a la lavar la herida y a reconstruir como mejor pudieron la parte afectada, donde la piel tuvo una notable pérdida de sustancia, que se cerró con un drenaje.

Asimismo, el joven recibió un ‘puntazo’ en la cara posterior de la rodilla izquierda, aunque en este caso apenas fueron necesarios unos cuantos puntos para cerrar la herida.

Por todo lo anterior es lógico que el vecino de Numancia, mientras era atendido en el quirófano móvil instalado en los aledaños de la plaza de toros, dijera que «se había visto morir», aunque, por suerte, no fue así.

Tras tres horas de intervención, que se vieron perjudicadas por la cantidad de suciedad que tenían las heridas y que obligaron a que en torno a hora y media las labores de los sanitarios se centraran en la limpieza de las mismas con abundante suero y agua oxigenada, el joven fue trasladado el Hospital Virgen de la Salud de Toledo, donde quedó ingresado.

A este respecto, fuentes del centro sanitario capitalino sólo pudieron precisar que el herido no se encuentra en la UVI.