Dejan en libertad a la madre e hijo que trasladaron un cadáver en un carro de la compra

Pilar Muñoz/Ciudad Real
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Toxicología revela que la causa de la muerte del conocido camarero fue natural • Elcadáver se encontró en un contenedor de la plaza de toros, donde fue trasladado enun carro de la compra

Dos meses y seis días han estado encarcelados una mujer y su hijo pequeño en relación a la muerte de un camarero de Ciudad Real, cuyo cadáver trasladaron en un carrito de la compra hasta los jardines de la plaza de toros, donde lo arrojaron a un contenedor, al parecer, con intención de deshacerse del cuerpo. Ocurrió a primeras horas de la madrugada del 18 de junio y en cuestión de minutos fue detenida una mujer, Olga C. C., de 46 años, y poco después sus hijos Sergio y Raúl T. C., de 19 y 21.

Desde entonces, un día tras otro hasta 66, esperaban el resultado de las muestras enviadas al Instituto de Toxicología para determinar las causas de la muerte. Ellos siempre negaron los cargos de homicidio que se les imputaba tras repetir que el hombre, un conocido camarero sexagenario de Ciudad Real, murió de muerte natural y que su único ‘pecado’ fue coger un carrito y trasladar al muerto al parterre que hay cerca de la plaza de toros, supuestamente, desde su casa de Pedrera Baja, a menos de cien metros de laComandancia de la Guardia Civil, en lugar de llamar al 112.

Según ha podido saber La Tribuna, los resultados se conocieron el pasado lunes y esa misma tarde Olga y su hijo Sergio eran excarcelados al recibir el juez el informe de la médico forense: Justo Navarro murió de muerte natural.

El juez suplente del Juzgado de Instrucción 6 ordenó la inmediata puesta en libertad de la mujer y su hijo presos por esta causa tras acordar las medidas cautelares de la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes hasta que se celebre la vista.

El abogado José Ángel Rodríguez Herrera, que defiende por el Turno de Oficio a la mujer, confirmó a este diario la resolución judicial y expresó su satisfacción por la puesta en libertad de los acusados. «Siempre ha mantenido su inocencia y los resultados de Toxicología demuestran que no mentía», señaló en relación a la acusada. Respeto a si va a pedir responsabilidad patrimonial por el tiempo que han estado presos, dijo que tiene que estudiarlo y hablarlo con su defendida.

Olga C. C. ha estado presa en el centro  penitenciario de Alcalá Meco y su hijo Sergio en el penal de Herrera, donde fueron conducidos el 21 de junio. El juez les imputó un delito de homicidio al entender que podía tratarse de una muerte violenta, es decir que su participación no se limitó al mero traslado del cuerpo sin vida de un hombre desde su domicilio al contenedor. Se negaron a declarar ante el juez, pero en sede policial manifestaron que «no mataron al camarero» y reconocieron que no reaccionaron bien. La mujer se puso «muy nerviosa, se le vino el mundo encima» y la infeliz ocurrencia les llevó a la cárcel.