De Segurilla a Marte

J. M. / LT / Toledo
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Un investigador del Observatorio Astronómico de la localidad ha hecho un descubrimiento en unas bacterias que puede facilitar el hallazgo de vida en el planeta Marte

Telescopio del Observatorio Astronómico de Segurilla. - Foto: Manu Reino

Como en la astronomía, la sociedad ve a la ciencia con mucha distancia. Hay cierto desinterés por conocer los avances, al menos hasta que se consigue una aplicación que pueda cambiar la vida cotidiana. Sin embargo, sí es llamativo que un astrobiólogo que reside en la localidad de Segurilla y que pertenece al grupo de Bioastronomía del Observatorio Astronómico de este mismo municipio haya hecho un descubrimiento que ha sido publicado en una revista especializada de ámbito internacional.

José María Gómez ha descubierto en gotas de agua salina con sal común cloruro de sodio desecadas una nueva clase de formaciones biosalinas autoorganizadas formadas por células de la bacteria ‘Escherichia coli’ en interacción con la sal común de cloruro de sodio que muestran patrones arquitecturales muy complejos. Con esta explicación apenas entendible para un lego en la materia, este experto explica el hallazgo que ha merecido la portada de la publicación ‘Astrobiology’, para el la mejor del mundo de astrobiología, rama científica que busca comprender el origen y la evolución de la vida en el universo.

La conclusión de Gómez, que trabaja en el Laboratorio de Biomineralogía e Investigación Astrobiológica de la localidad vallisoletana de Boecillo, detalla que las bacterias en las formaciones mencionadas entran en un estado de hibernación anhidrobiótica siendo capaces de retornar a la vida después de su rehidratación a pesar de su completa desecación. Lo interesante para el común de los mortales es que el hallazgo puede aplicarse en la búsqueda de vida en el planeta Marte, concretamente para un proyecto de 2018 para buscar señales de vida.

descubrimiento casual. Gómez indica que hizo este hallazgo de manera casual en el «modesto» laboratorio de su casa de Segurilla, por lo que a pesar de los avances mastodónticos de la ciencia en las últimas décadas, todavía los expertos pueden hacer descubrimientos con escasez de medios. Este hallazgo inicial fue ampliado por sus compañeros del laboratorio de Boecillo, por lo que el artículo viene firmado también por los astrobiólogos Fernando Rull, Jesús Martínez Frías, Jesús Medina, David Hochberg y Eva Mateo-Martí.

Este hallazgo puede facilitar el descubrimiento de vida en sitios extraterrestres áridos, como la superficie del planeta Marte. En este sentido, la búsqueda de vida en sitios desecados con un bajo contenido en agua figura como uno de los grandes objetivos de la astrobiología.

El Observatorio Astronómico de Segurilla, concretamente el colectivo Mel 111 (en referencia a un cúmulo de estrellas de una constelación denominada Cabellera de Berenice que se puede observar desde Segurilla), abrió sus puertas en el año 2011, después de más de diez años de demora en el proyecto. Este observatorio astronómico situado en las inmediaciones del casco urbano de Segurilla, cuenta con un edificio de 100 metros cuadrados que contiene un telescopio, un Meade de 16 pulgadas bajo una cúpula de 2,7 metros de diámetro.