Las huellas del Quijote en La Mancha

REDACCIÓN
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El ingenioso hidalgo libró sus batallas en muchos puntos de esta región, dejando su rastro de manera universal en estos pueblos

«Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de La Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero». De esta manera cierra Cervantes su gran tomo dejando en duda los puntos castellano-manchegos por los que el hidalgo más universal libró sus batallas. El Toboso y  Esquivas son los puntos señalados en el mapa de la provincia de Toledo.

El  toboso

El Toboso es a ciudad del Quijote más conocida por antonomasia. Dulcinea, amante del hidalgo, procedía en la ficción quijotesca de esta localidad. Tres museos y varias rutas que se centran en esta localidad o que confluyen en ella hacen del Toboso un punto de referencia en la historia viva de El Quijote.

 El primero de ellos el Museo Cervantino donde se conserva y expone una colección de 200 ediciones de El Quijote escritas en diferentes lenguas, sesenta idiomas y con más variopintas dedicatorias firmadas por diferentes personajes del mundo de la cultura y la política.

Por otro lado, está la Casa de Dulcinea. Este museo se encuentra en un edificio que mantiene parte de su estructura original del siglo XVI. A pesar del tiempo, la edificación  conserva, en líneas generales, los caracteres de la casa manchega de un hidalgo con sus diversas dependencias: molino, bodega, patios, corrales, pozos, etc... Esta casa pertenecía a una de las familias más ilustres de El Toboso, los Martínez Zarco de Morales, cuyos escudos se divisan en la fachada.

Un último museo entorno a la figura de Dulcinea se levanta en El Toboso. En esta ocasión la temática es mucho más infantil y es un museo que recopila una colección de dibujos dedicados a la figura de Dulcinea realizados por los más famosos humoristas españoles y extranjeros. Toda ella es una colección cedida por el dibujante y humorista José Luis Martín de Mena.

esquivias

Muchas malas lenguas cuentan que Miguel de Cervantes no quiso acordarse de en qué lugar de La Mancha vivió el Quijote a causa de un desencuentro amoroso. La historia relata que Cervantes viajó desde Madrid para contraer nupcias con Catalina de Palacios en la localidad de Esquivas. Ahora, el pueblo de la noble castellana se ha hecho famoso por ser su hogar y el lugar en el que se casó el manco de Lepanto. Además, Esquivas acoge una Casa Museo de Miguel de Cervantes y varios monumentos que reproducen ambas figuras en la calles de la localidad esquivana.

Está ubicada en la calle con su mismo nombre. La casa tiene dos plantas y de la época solo se conserva el hueco central con la rejería de la época y la portada lateral. Catalina Palacios vivió en esta casa con sus padres y sus hermanos desde su nacimiento hasta los 19 años, edad en la que se casó con el insigne escritor.

Esta ilustre mansión mantiene intactas todas las características de las casonas de labradores acomodados del siglo XVI. Es un típica edificación con dos plantas con un patio empedrado al que se accede por un portalón y que conserva perfectamente la estructura de los techos, las vigas con estructura vista, así como las puertas con los herrajes y las rejas de las ventanas. En 1971 esta casa cervantina fue declarada Monumento Histórico Artístico.

Si Verona es la tierra de Romeo y Julieta, el Campo de Montiel seria la del Quijote y esto no admite reflexión, ni debate, ya que es el mismo Cervantes el que se lo recuerda al lector en repetidas ocasiones. Hasta cinco veces cita esta comarca. La primera, en el prólogo donde es el mismo autor el que reconoce que ésta es la historia de «don Quijote de La Mancha, de quien opinión, por todos los habitadores del distrito del Campo de Montiel fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos».

También de aquella España que vivió Cervantes y transitó el Quijote, de un Campo de Montiel que eligió la Orden de Santiago como sede, le hablarán al viajero los municipios que enmarcan los escenarios de los que se vale el autor para recrear las aventuras del ingenioso y leído hidalgo. Una veintena de localidades en las que el pasado y el presente conviven sin estorbarse. Montiel, Torre de Juan Abad, Villanueva de los Infantes, San Carlos del Valle, Santa Cruz de Mudela, La Solana o Villanueva de la Fuente -esta localidad, declarada Conjunto Histórico, está profundamente vinculada a la obra cervantina siendo un exponente fundamental de la arquitectura y el desarrollo urbanístico de la época-, son solo algunos ejemplos de lo mucho que esta tierra puede ofrecer al aventurero.

Molinos, ventas y batanes se cuelan a lo largo de este recorrido por el Campo de Montiel, cuyo paisaje también habla de un pasado anterior, todavía más glorioso, a través de cañadas ganaderas y hasta vías romanas como el Camino Real de la Plata, la Vía de Hércules, más conocida como Vía Augusta o Camino de Aníbal y el de Adalumbar.

argamasilla de alba

Y puestos a recorrer los escenarios del autor, Argamasilla de Alba sería parada a tener en cuenta, pues hace años que se defiende, a capa y espada, desde allí, que fue en esta villa en la que se gestó la obra, mientras cumplía condena en la Casa de Medrano. Buena parte de esta teoría se apoya en un exvoto de la Virgen de Illescas, ubicado en la iglesia de San Juan Bautista. Fechado en 1601 (cuatro años antes de la aparición de la Primera Parte del Quijote), representa, entre otros personajes, al caballero don Rodrigo de Pacheco, enterrado en una cripta situada al pie del cuadro, al cual se identifica como posible trasunto de don Quijote.

A pocos kilómetros se encuentra el castillo de Peñarroya (siglo XIII), puerta de entrada al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y punto en el que ambas rutas aquí propuestas podrían cruzarse.

campo de criptana

Libro en mano, otra aventura se cuela casi sin quererlo en esta ruta de ensueño. Las más conocidas. Por un lado, el enfrentamiento del Quijote con los molinos (capítulo VIII, primera parte del libro), en Campo de Criptana.  De hecho, es el único pueblo de la Península Ibérica que puede ofrecer una molienda en un molino de viento que conserva la estructura y maquinaria original del siglo XVI, lo que supone un espectáculo de primer orden que acapara la atención de vecinos y turistas.

En 2015 quedan por celebrar 8 moliendas. Siete de ellas se realizarán la mañana del primer domingo de cada mes, excepto en los meses de verano, que serán nocturnas. Además, habrá una molienda extraordinaria el domingo 15 de noviembre, coincidiendo con la Aventura del Enoturismo.  

munera

El municipio albacetense de Munera es parada obligada en el particular camino para seguir las huellas de Don Quijote. En el año en que se celebra el IV Centenario de la segunda parte de El Quijote, Munera cobra un protagonismo muy especial al compartir con esta conmemoración los escenarios de las Bodas de Camacho. En ellos tuvieron lugar las aventuras que narra Miguel de Cervantes en los capítulos XIX, XX, y XXI de la obra, en las que Don Quijote y Sancho Panza son testigos de una boda peculiar, donde el amor vence al interés de la mano de sus protagonistas: Basilio ‘el pobre’, Camacho ‘el Rico’ y la Bella Quiteria.

Munera pone de manifiesto la impronta cervantina en la población y se suma a las diversas manifestaciones que tienen lugar en Castilla-La Mancha con la celebración de una jornada de recreación del episodio que protagonizan Camacho ‘el rico’, Basilio ‘el pobre’ y la bella Quiteria.

Pedro Pablo Sánchez, alcalde de la localidad manchega, explicó que será el próximo 6 de junio y se llevará a cabo en el nuevo Centro de Interpretación de las Bodas de Camacho, junto a la ermita de Nuestra Señora de la Fuente. Además de la representación teatral de un fragmento del citado pasaje literario, que estará a cargo del grupo local Despertares, se incluyen otras actividades, como un mercadillo de tradiciones locales con artesanía y gastronomía elaborada por los vecinos de Munera, así como talleres informativos, a cargo de la Asociación de Turismo Turiman.   

El Centro de Interpretación de las Bodas de Camacho, financiado en su totalidad por la Junta de Comunidades con una subvención de 5.929 euros, fue inaugurado hace unas semanas y está situado al aire libre, en el paraje natural de Los Casares, donde nace el río Córcoles, muy cercano a la carretera N-430. Es un lugar para el descanso y cuenta con mobiliario urbano, como mesas y toldos de madera. En este espacio, el visitante puede conocer las evidencias sobre la ubicación de las Bodas de Camacho en esta localidad manchega, a través de los paneles informativos que narran y analizan dichos capítulos cervantinos desde el punto de vista histórico, artístico, gastronómico y cultural.

Además, los paneles incluyen códigos QR, con lo que los visitantes pueden utilizar sus teléfonos como audio-guías. Son tres los paneles informativos a dos caras, según explica el primer edil munerense, que sitúan a los protagonistas de este evento, como vecinos de Munera. Pero es que, además, esta localidad albacetense ya aparece en la primera ruta que se hizo del Quijote, la que elaboró Carlos III en 1765, añadió.

Este centro de interpretación se suma a las numerosas alusiones que al Quijote hay a lo largo del casco urbano del pueblo y alrededores. En su mayoría son esculturas de él y de Sancho hechas por el artista local, Emilio Solana.