Dolor en el adiós multitudinario a las tres menores atropelladas

J.F.
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Se tuvieron que instalar altavoces fuera del templo parroquial para que todos los presentes pudieran seguir el sepelio

Dolor en el adiós multitudinario a las tres menores atropelladas - Foto: Yolanda Redondo

Como no podía ser de otra forma, el dolor, la consternación y la emoción a flor de piel fueron las notas dominantes en la despedida a las tres menores de 12, 15 y 16 años que el pasado sábado perdían la vida como consecuencia de un atropello en la carretera que une Torrijos con Fuensalida. Cientos de personas, entre familiares, amigos y vecinos, arroparon a las tres familias, que apenas podían sostenerse en pie cuando los cuerpos inertes de las adolescentes entraban en la iglesia de Fuensalida.

El primero de los cadáveres llegaba diez minutos antes de que arrancara la misa, portada la caja a hombros. En el recinto del templo parroquial esperaban a los otros dos, que llegaban cinco minutos después. Fue entonces cuando se vivieron momentos de tensión porque la madre de una de ellas quería dar un beso a la caja en la que yacía su pequeña. En el momento de la entrada, los fuensalidanos rompieron en aplausos, como una especie de homenaje a las finadas.

Una vez dentro, por los altavoces que se instalaron en el exterior de la iglesia para todos los presentes pudieran seguir el sepelio, se seguían oyendo gritos ahogados por las lágrimas, y así hasta que dio comienzo la misa, cargada de una emoción contenida que impregnada el ambiente, contagiando a todos aquellos que quisieron decir adiós a sus vecinas, buena parte de ellos adolescentes, compañeros de instituto de las menores, que llevaron ramos de flores para dar una nota de color a un día gris oscuro.

Una jornada en la que no faltaron representantes de las administraciones regional, provincial y local, encabezados por el portavoz del equipo de Gobierno de la Junta, Leandro Esteban, que estuvo acompañado por el delegado de la Junta en Toledo, Fernando Jou, el subdelegado del Gobierno en la provincia, José Julián Gregorio, el viceconsejero de Educación y concejal en Fuensalida, José Jaime Alonso, y el alcalde, Mariano Alonso.

Durante la homilía, el párroco que ofició la ceremonia reconoció que era complicado hablar en unos momentos tan «difíciles, tristes, penosos. Es como un golpe que ha venido inesperado a vuestras vidas, a vuestros corazones, que necesitan la pomada espiritual de la cercanía de Dios, y de tiempo».

Asimismo, dio el pésame a los familiares en nombre del arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, y señaló que «la muerte siempre nos desconcierta», pero «hay que pensar que si Dios lo ha querido, es para bien, aunque cueste entenderlo. La muerte es también una llamada a la vigilancia, a estar siempre preparados espiritualmente y nos indica que hay que aprovechar cada día de nuestra vida terrenal».

Tras el sepelio, que se prolongó por espacio de una hora, los coches fúnebres emprendieron su camino hasta el cementerio de Fuensalida, en lo que se convirtió en un cortejo de dolor que recuerda los peligros que acechan en la carretera.

estable dentro de la gravedad. Por lo que respecta al chico de 17 años, vecino de Santa Cruz de Retamar, que también sufría heridas de gravedad en el accidente, fuentes del Hospital Virgen de la Salud indicaron que sigue ingresado en la UVI del centro sanitario estable dentro de la gravedad, como igualmente confirmó el primer edil, que tras la misa, volvía a insistir en el apoyo del Ayuntamiento a las familias.

Preguntado por la investigación del caso, señaló que no tiene constancia de cómo avanza, agregando que, en todo caso, lo importante para el Consistorio es estar al lado de las familias, como así ha venido haciendo durante los dos últimos días.

En cuanto al joven detenido por el atropello, se trata de un vecino del municipio de Escalonilla, que si bien dio positivo en la prueba de alcoholemia, en el momento del suceso se dirigía a su puesto de trabajo, según trasladó la familia a la alcaldesa, Sonia Gómez, en el polígono industrial del municipio de Huecas. Había estado durmiendo unas horas en casa y su madre lo había despertado para ir a trabajar. Lo siguiente que supieron de él es lo que pocas horas después conocía todo el mundo.

Con el entierro de las tres menores se ponía fin a un desgraciado capítulo de la historia de Fuensalida que tardará mucho tiempo en ser olvidado. La cantidad de vecinos que acudieron a la despedida refleja que los hechos acontecidos a primera hora del sábado han tenido un gran calado en la localidad, que ayer se unía en el dolor, dando muestras, con su silencio, de un gran respeto a las familias.