España reivindica su unidad en el último desfile de la legislatura

Agencias
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El Rey preside un solemne acto con la cuestión secesionista de fondo, en el que la ausencia de los tres presidentes nacionalistas no logra eclipsar el despliegue de las Fuerzas Armadas

 
España celebró ayer su Fiesta Nacional en un alarde de unidad institucional frente al desafío independentista de Cataluña, que intenta poner en jaque la integridad del país. Y lo hizo con el Rey Felipe VI presidiendo el último desfile del 12 de octubre de esta legislatura, un acto militar en el que estuvo acompañado por su esposa, Doña Letizia, sus hijas, Leonor y Sofía, y las máximas autoridades patrias, encabezadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y sus ministros.
La Constitución sitúa al Monarca como símbolo de la unidad nacional y la Casa Real y el Ejecutivo trabajaron para garantizar la presencia de los jefes de los Gabinetes regionales y presentar la jornada como un acto de reafirmación por la unión y no la separación. Eso sí, los dirigentes nacionalistas -el catalán Artur Mas, el vasco Íñigo Urkullu y la navarra Uxue Barkos- prefirieron no participar de la Fiesta.
En el desfile se pudieron ver por las calles del centro de Madrid casi 3.400 militares y guardias civiles y 48 vehículos, además de 53 aeronaves.
Don Felipe vistió para la ocasión el uniforme de Capitán General de la Armada, con el fajín de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas. Doña Letizia se decantó por un traje de chaqueta y falda en color azul marino. La Princesa de Asturias, por su parte, llevaba un vestido también azul oscuro y la Infanta Sofía iba con un vestido en tonos marrones. 
Tras la llegada de la Familia Real, se escuchó el himno de España, dando paso al homenaje a los que dieron su vida por la patria, siendo el propio Monarca el encargado de depositar una corona de laurel en el Monumento a los Caídos. Al finalizar este recordatorio, llegó el turno de la Patrulla Águila, que formó los colores de la enseña nacional en el cielo de la capital.
Acto seguido, comenzó el plato fuerte, la exhibición castrense, con una buena representación de las aeronaves de las que disponen las Fuerzas Armadas, concretamente del Ejército del Aire, la Armada y la Guardia Civil, así como los helicópteros de los tres Ejércitos y de la Benemérita.
Entre los aviones se pudieron ver Hércules que participan en misiones internacionales en África, el P-3 Orión que ha estado en operaciones como la antipiratería en el Índico, los cazas Eurofighter y F-18 encargados de la defensa y control del espacio aéreo de soberanía nacional, un Boeing 707 y los Falcon 900 que participaron en el traslado de los afectados por el virus del ébola y por el terremoto del Nepal, entre otros. Una vez más, el sobrevuelo de la Patrulla Águila puso el punto final al desfile aéreo. 
La brigada paracaidista comenzó el terrestre, que este año tampoco incluyó carros de combate, pero que tuvo como colofón la esperada formación de la Legión y Los Regulares, la unidad más vitoreada. En esta ocasión, participó el Grupo de Artillería con una cabra llamada Pablo. 
El paso de las unidades a caballo puso el punto y final al acto, que se prolongó después en el Palacio de Oriente, con la recepción de más de 1.500 invitados por parte de los Soberanos.