Algunas asociaciones ven una «venganza» en el recorte de dinero

J. Monroy | TOLEDO
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Tres de ellas se están pensando renunciar a la subvención municipal, porque apenas supone una ayuda, y así tener total independencia respecto al Ayuntamiento

Algunas asociaciones ven una «venganza» en el recorte de dinero

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Algunas de las asociaciones de vecinos de la ciudad que han visto más reducida la subvención de Participación Ciudadana o que no han recibido el aumento que esperaban han mostrado su enfado con el Ayuntamiento. De hecho, tanto La Candelaria, como Azumel y Parque de Nara han anunciado que en vista del dinero percibido, se están pensando renunciar al mismo, y no tener que depender para nada del Ayuntamiento. La queja es unánime: «no nos da ni para pagar el teléfono». Muy crítica ha sido también Puerta del Vado, que ha visto reducida su ayuda en un sesenta y seis por ciento. Sin embargo, otras asociaciones como La Cornisa, Iniciativa, Alcántara o Río Chico comprenden más al Consistorio. La ayuda podía ser mayor, pero dadas las circunstancias, harán con ella lo que puedan.

Tras la reducción de la subvención en un sesenta y seis por ciento, Puerta del Vado es muy crítica. José Medina se une al argumento de que «no nos da ni para el teléfono». A su juicio, «este Ayuntamiento quiere que las asociaciones desaparezcan, para no batallar con nadie». Medina ve «descarado» que para el equipo de Gobierno «las asociaciones que no son de su signo político no cuentan para los presupuestos, ni para nada». Y le pide más consideración al alcalde, que a su juicio «lo primero que tiene que hacer es llamarnos y decirnos por qué». Denuncia que el dinero que le quitan a Puerta del Vado «se lo dan a la Federación». A su juicio, las asociaciones deben poder discutir con el Ayuntamiento sin tener que temer por represalias.

«Si nos dan 3.500 euros para todo el año, como si no nos quieren dar ninguno, porque antes eran cinco mil y pico», se lamenta José Luis Gascón, presidente de Parque de Nara, «se puede quedar el alcalde con su dinero». «Con ese dinero, no pagamos ni el teléfono, menos mal que algunos comerciantes colaboran con la Asociación», continúa el portavoz vecinal de Buenavista, muy enfadado con la situación política actual y la corrupción que se está conociendo, «mientras que tienen a los barrios abandonados».

«Nos han retirado un treinta por ciento», se lamenta el presidente de La Candelaria, Andrés García Borja para quien «esto es una venganza contra el barrio de Azucaica, no sé si por el IBI o por qué». Su enfado es tal que afirma que «nos lo vamos a pensar, porque seguramente no admitamos ninguna colaboración y lo que hagamos, lo pagaremos nosotros». Lo curioso es que si hasta ahora a La Candelaria le daban el 5,39 por ciento la colaboración que solicitaba, ahora se ha quedado en un cuatro por ciento «y lo mismo nos da un cuatro por ciento más o menos», porque «la Asociación está haciendo más en el barrio que el Ayuntamiento» y no tiene sede municipal, «y ya con el teléfono del centro de internet y la oficina son casi 1.200 euros sólo en teléfono». García Borja se pregunta dónde ha ido el dinero que le correspondía a Azucaica, «y he llegado a la conclusión de que hay otros a los que les han favorecido». A su juicio, se podría cambiar el modelo de reparto y coordinarlo desde la Federación vecinal.

Muy crítica también ha sido al conocer su ayuda Azumel. El Ayuntamiento todavía no le ha comunicado oficialmente que le renueva los novecientos euros del pasado año, pero la Asociación de Vecinos esperaba más. «Todavía no lo sé, pero si me dan novecientos euros se los voy a devolver, porque con eso no tengo para nada», explica José Rodríguez Barrasa. Durante este año, Azumel ha tenido que abordar el arreglo del local. «Llevamos gastado un montón de dinero, y no pensaba que este año, como me pidieron una documentación impresionante de actividades y gasto de mantenimiento, nos iban a dar más», recuerda el portavoz vecinal que recuerda que otras asociaciones, instaladas en centros sociales, tienen gratis la luz y el teléfono. «Pero nosotros que no tenemos nada y tenemos que pagar de todo, no sabemos lo que vamos a hacer con novecientos euros», advierte, «porque con eso no tenemos ni para pagar el teléfono, y debemos todavía al hombre que nos hizo la chapuza casi tres mil euros».

Más comprensivas. Otras asociaciones en cambio son más comprensivas con el Ayuntamiento, y advierten que tiene que «hay quien se queja de vicio, nosotros no vamos a protestar». Así lo afirma Fernando Vidal de La Cornisa, que ha perdido cien euros hasta los 2.950 euros. No pone reparos a esta ayuda «porque según el presupuesto que tienes, así te lo valoran y te lo dan».

Por su parte, Alejandro Sánchez, de Alcántara (su subvención se ha reducido de 12.900 a 12.500 euros) valora que «cuanto más dinero nos dieran, mejor; pero entendemos perfectamente los problemas que hay». Al ver los presupuestos, las asociaciones ya vieron que había un recorte del cinco por ciento. Además el dinero, se reparte de acuerdo a los programas que cada asociación presenta, y luego el equipo de Gobierno juzga, «y lógicamente, a quien no hace nada, le dan poco dinero». Alcántara por su parte tiene escuelas, grupos y actividades.

Iniciativa Ciudadana se ha enterado que vuelve a cobrar mil euros por la prensa. La asociación no pide mucho, reconoce Hilario Alarcón, y «teniendo en cuenta cómo está la sociedad y la crisis económica que hay, que todavía haya dinero para las asociaciones vecinales, aunque tengamos una importante labor en el vecindario, todavía es un lujo».

En la misma línea, Ramón Lorente advierte desde Río Chico (se mantienen los 3.700 euros) que las subvenciones siempre se quedan cortas, pero el principal gasto de su Asociación fueron las fiestas y algunas actividades más. Este año, quieren dar un cambio y hacer aún más, «pero como tenemos poco presupuesto, tendrán que ser imaginativas».

Cincuenta euros le ha bajado la subvención a Santa Teresa, hasta los 2.950 euros. De lo que se queja José Antonio Carrión es de que aún no se haya puesto en contacto con él el Ayuntamiento y del proceso de concesión. Se trata desde luego de un dinero insuficiente, y «tampoco tenemos posibilidad de discutirlo, y lo pagarán cuando el interventor quiera. Nosotros en enero tenemos que hacer un presupuesto, y en base a eso hacen lo que quieran, y tenemos que firmar dos convenios, de mantenimiento y actividades, y yo aún no he firmado ningún convenio este año».