El nuevo radar móvil ya está en la calle. Comenzó a operar la mañana de ayer en la ciudad de Toledo, empezando por el Polígono, poco después de que el concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad, Juan José Pérez del Pino, mostrase el aparato a los medios de comunicación acompañado por el inspector de la Policía Local, Antonio Sánchez Palencia.

El dispositivo, cedido por la Dirección General de Tráfico al Ayuntamiento capitalino, va instalado en un vehículo rotulado de la DGT, por lo que es perfectamente identificable por los conductores. Su uso no será permanente, retirándose cuando «deje de ser necesario», explicó el edil.

La campaña de control de velocidad empezó ayer en el Polígono pero el aparato se irá desplazando por las diferentes barrios de Toledo, con especial incidencia «en aquellas vías que sean susceptibles de circular a una velocidad elevada», dijo Pérez del Pino, quien días atrás ya mencionó como zonas sensibles los entornos de colegios, institutos u hospitales, así como aquellas calles largas y rectas donde se suele circular por encima de lo que marcan las señales de tráfico.

El edil recalcó también que el Consistorio ha optado por utilizar el vehículo cedido por la DGT, que no está camuflado, porque el objetivo municipal «no es recaudar», pero también advirtió que «si vemos que este no se respeta porque está rotulado, lo cambiaremos por otro de incógnito».

La instalación del radar tiene como finalidad, subrayó, disuadir a los conductores para que no superen el límite permitido y propiciar con ello mayor seguridad a todos los usuarios de la vía. Una medida que surge como respuesta a los tres atropellos mortales ocurridos este verano en la ciudad.

El dispositivo funcionará todos los días de la semana, con especial incidencia los fines de semana y durante las noches.

El edil repitió que la concienciación es clave para reducir la siniestralidad vial y destacó la importancia de controlar la velocidad, ya que «el 45 por ciento de los accidentes se producen como consecuencia de un exceso de velocidad o tienen un mayor índice de gravedad cuanto más se superan los límites».

«Queremos concienciar a los ciudadanos de que instalar un radar no es un capricho porque lo que buscando es reducir los accidentes y reducir la gravedad de los que se producen», insistió Pérez del Pino.

Dijo que «los accidentes son una lacra para quien lo sufre pero también para el entorno», añadiendo que «nuestro interés no es denunciar a nadie sino que los conductores cumplan las normas que es la manera de reducir los accidentes».

Las sanciones por el radar oscilarán entre los 100 y los 600 euros y llevan aparejada la retirada de puntos del carné en función de la gravedad de las mismas, como recordó el inspector Sánchez Palencia.

«Relajación». El concejal ofreció recientemente datos del descenso del número de multas en los últimos años en la ciudad de Toledo, lo que ha llevado aparejada, dijo, una «relajación» porque «los conductores se sienten más libres». «Tendremos que obligar a respetar las normas a quienes se saltan la legalidad», subrayó.