«Agradezco el gran cariño». La Reina Sofía volvió a tomar asiento en la mesa presidencial tras recibir el premio más especial de la Real Fundación de Toledo y antes de levantar la sesión dedicó este mensaje a la ciudad que ha visitado con frecuencia en los últimos años, la mayor parte por compromisos culturales.

Los Premios de la Real Fundación de Toledo dejaron ayer una  sentida huella en el Palacio de Congresos, con la memoria cargada del ‘Año Greco’ y la estela de un pintor unido a Toledo. Pero fue Su Majestad la Reina Doña Sofía quien se convirtió en la protagonista del acto que presidió, en mecenas y embajadora de la cultura, del patrimonio, del legado del pintor cretense y, de alguna manera, de la Real Fundación de Toledo. La institución le devolvió el gesto concediéndole un premio especial «por su entusiasta participación en las actividades» del IV Centenario, su presencia, su mensaje de difusión y sus gestiones «para facilitar la participación de obras maestras» de esa primera gran exposición ‘El Griego de Toledo’ procedentes de Grecia, país natal que une al Greco y a Doña Sofía.

Su llegada estaba prevista a mediodía y a esa hora entraba al Palacio de Congresos acompañada de la presidenta de la región, María Dolores Cospedal, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, el presidente de la Real Fundación de Toledo, Juan Ignacio de Mesa, y otras autoridades políticas, donde recibió calurosos aplausos de un público en pie que no quería perderse ni un momento de un acto de palabras, premios, homenajes y recuerdos.

El auditorio se quedó a media luz y el acto se inició con un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del accidente aéreo ocurrido en los Alpes esta semana y como muestra de solidaridad y de apoyo a los familiares. Mención con la que también terminó la gala de entrega cuando Doña Sofía tomó la palabra tras recibir el premio de manos de De Mesa y después de agradecer el cariño que le ha demostrado Toledo terminó aludiendo a la terrible catástrofe aérea. «Mi más sentido pésame y todo mi afecto a las familias de los fallecidos en el accidente en los Alpes».

el programa. El acto tenía prevista una duración de poco más de hora y media, dado que había planificadas seis intervenciones y la entrega de 31 galardones, pero se celebró con una agilidad inusual  para este tipo de eventos culturales y duró poco más de una hora.

El atril situado en uno de los extremos del escenario invitó a cada uno de los intervinientes a pronunciarse sobre la labor de la Real Fundación de Toledo,  que en 2014 también cumplió sus bodas de plata, 25 años de proyectos y de iniciativas «en defensa del patrimonio cultural», como apuntó su presidente Juan Ignacio de Mesa, de conversaciones y acuerdos con administraciones, de entrega de sus patronos, y de participación junto a los agentes sociales. Ytodos los discursos bajo la atenta mirada de los premiados, situados a ambos lados del escenario para que sintieran y compartieran parte de este éxito.

Este acto volvió a mirar de cerca al Greco, a un IV Centenario bien organizado y plagado de iniciativas que ha dado grandes oportunidades al sector turístico, que continúa cosechando las mieles que han situado a la ciudad como una gran capital cultural.