El acusado reconoce que «salía» con la niña, pero ella le mintió con la edad

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El hombre, entonces con 27 años, mantenía relaciones sexuales habituales y consentidas con la niña (once). Ambos lo veían «normal»

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Si algo ha quedado claro en el juicio es que D.T.O. sostuvo una relación durante un año con la víctima. Tanto ellos como los testigos coincidieron en que «eran novios», una pareja normal. Fue un idilio, en el que el acusado, entonces con 27 años, mantuvo relaciones sexuales habituales con la niña (once). Las relaciones fueron consentidas, nunca forzadas, y ambos lo consideraban «normal». La cuestión que se trató de dilucidar en la vista de ayer es si el acusado conocía entonces la edad de la niña o, como no se cansó de repetir, le había engañado diciendo que tenía quince años.

La fiscal mantiene tras el juicio la petición de once años de prisión para el acusado por un delito continuado de abuso sexual a una menor de trece años, a lo que suma otros nueve meses más por pornografía infantil, dado que en el móvil de D.T.O. se han encontrado varias fotografías íntimas que le mandó la niña, así como ocho años de libertad vigilada y la imposibilidad de acercarse a ella durante dieciocho. La acusación particular pide un año más de cárcel por el abuso y una indemnización a la niña de doce mil euros por daños morales. La defensa solicita la libre absolución del acusado, y en su defecto, que como él no tenía conocimiento de la edad de la niña, la pena sea de dos años de prisión por el abuso y 46 o 23 días por las fotos.

D.T.O. vestía ropa deportiva y no esquivó pregunta alguna. Explicó que conoció a la niña en el verano de 2013 por mediación de su hermano y la familia. Se fueron acercando en la piscina y la urbanización, hasta que ella le pidió salir, después de que un amigo la rechazara previamente, al conocer que él tenía interés.  En su interrogatorio, la fiscal intentó demostrar que el acusado estaba incurriendo en contradicciones respecto a sus declaraciones previas, de lo que él se defendió.

Al principio la relación no pasaba de besos, y ambos salían con el hermano de la niña. Fue ella, explicó el acusado, la que quiso empezar a quedarse a solas. Finalmente, después de un tiempo hablándolo, mantuvieron su primera relación sexual vía vaginal el 3 de febrero de 2014. Fue, explicó el hombre, en la casa de ella, en una cama «que había preparado su madre por si algún día quería quedarme a dormir». Ahí comenzaron a mantener sexo «cada una o dos semanas».

El hombre detalló un noviazgo en el que estaban siempre juntos, y él la presentaba como su novia. Una relación, en la que ella tenía la voz cantante y se enfadaba si él iba a trabajar a una discoteca. Sin embargo, desconocía la edad de la niña. Pensó que tendría quince o dieciséis años, como el resto de amigos. Al preguntarla, ella le contestó que tenía quince. A su madre le dijo un año más. Y a pesar de que la recogía en el instituto, no hablaron de qué curso hacia. A su juicio, ella parecía que tenía esa edad y también se comportaba así. Según explicó, se enteró de la verdadera edad de la niña cuando se lo dijo ella el día que cortaron y entonces quiso quedar «como amigos».

El acusado explicó que la familia de la niña conocía su relación, y que él la ayudaba económicamente. Fue al negarse cuando ella cortó, y un día le llamó la madre a casa. De allí tuvo que huir por la venta y llamar a la policía. Afirmó que recogía a la niña para protegerla y era ella quien le informaba de dónde estaba.

D.T.O. también dijo que la menor le mandaba voluntariamente fotografías íntimas, aunque a él no le gustaba, y que también se las mandaba a otros chicos.

La niña. Varios menores declararon tras un biombo, comenzando por la niña, que explicó que mantenía una relación de noviazgo con el acusado, en la que este sabía edad y la de su hermano «de sobra». Nunca le mintió en torno a esto. Ella reconoció que el acusado jamás la forzó a mantener sexo. Fueron relaciones consentidas aunque «no estaba a gusto». Él la decía que eran cosas normales, y ella no veía nada malo. No se lo habría dicho a los padres, pero se lo contó a la Policía. También explicó que tras cortar la relación, él la acosaba.

Respecto a las fotos íntimas, la niña reconoció que ella las mandó, aunque no le gustaba, porque él la convención de que «era lo normal» en una relación de pareja. Nunca mandó más a otros chicos.

La madre de la niña dijo que desde el primer momento que el acusado se acercó a ella no le gustó. Pero se veían a sus espaldas. No sabía que estuvieran juntos, «ni lo hubiera consentido». Según afirmó, D.T.O. sabía la edad de su hija porque estuvo en su undécimo cumpleaños. Cuando vio que el acusado acosaba a su hija, afirmó la madre, quedó con él y le pidió que la dejara en paz. Le llegó a preguntar que si es que le gustaba, a lo que él respondió que estaba «loca», «mal de la cabeza». Después lo denunció por acoso y se sorprendió mucho cuando la Policía le informó de la relación sexual. La madre también negó que el acusado hubiera ayudado nunca económicamente a su familia.

Un amigo afirmó que el acusado pensaba que la niña tenía dieciséis años. Explicó que le había visto pagar doscientos euros a la madre de la niña y reconoció que D.T.O. perseguía a la chica después de que cortaran. También afirmó que la niña mandó fotos a más chicos y él mismo tiene un vídeo sexual con ella.

Otro chico reconoció que ella le mintió y le dijo que tenía dieciséis años. Pero como él no lo creyó, le reconoció que tenía doce. Afirmó que la niña informaba a D.T.O. dónde estaba para que la buscara, y que mandaba fotos a otros chicos.

Los agentes de Policía Nacional que llevaron el caso no dudaron en ningún momento de que el acusado sabía la edad de la menor. Aparentaba la edad que tenía, aunque fuera resuelta al hablar, porque «es muy menudita». Los forenses dictaminaron que D.T.O. es una persona normal e integrada, y los psicólogos que la niña no ha sufrido traumas, sino que ha visto lo vivido como algo normal, como si el acusado fuera otro adolescente.