Diferentes máquinas excavadoras pertenecientes al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) comenzaron a desmantelar ayer el entramado de parcelaciones ilegales que desde hace algo más de tres años crecía junto a las vías del tren. Como ya publicó este diario el pasado mes de octubre, los vecinos de esta zona de la ciudad denunciaron ante ADIF y la delegación de Gobierno -quien tiene la potestad sobre los terrenos-, la ocupación de este suelo público en la cuneta a ambos lados de las vías, formando diferentes parcelas cerradas con cañas, hierros, palos o somieres.
Los terrenos, propiedad de ADIF, fueron cerrados y techados en la zona de servidumbre y seguridad ferroviaria a lo largo de las vías del ferrocarril en la ciudad, ocupando suelo público y utilizándolo además como solares particulares, con pequeños huertos, pozos ilegales y tenencia de animales que han resultado los más molestos para los vecinos por los ruidos ocasionados.
Tras obtener la denuncia de ADIF, la Delegación de Gobierno inició el proceso administrativo, se abrió un expediente sancionador y se notificó poco después a los infractores, dándoles además un plazo para desalojar los terrenos, plazo que no se cumplió. Poco después, y tras hacer público el problema, la delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha indicó a este diario su deseo de resolver el tema de las parcelas irregulares antes de finalizar 2015. No ha sido así pero apenas un mes después de la fecha límite dada, trabajadores de ADIF y una potente maquinaria están terminando con este tipo de construcciones que incluso pueden generar incidente ante el paso de los trenes. Tanto es así, que en alguna ocasión se desprendió una de las lonas que servía como pared por las fuertes rachas de viento, ubicándose sobre las mismas vías del tren.
Seguridad y descanso vecinal. Tras tres años de quejas, los vecinos cuyas viviendas se ubican junto a las vías del tren aplauden la acción de la Delegación del Gobierno por lo que supondrá de seguridad para la zona y de descanso para sus casas. Estos destacan no tener ningún tipo de problemas con los inquilinos de estas parcelaciones irregulares, pero sí con los ruidos y molestias generadas por los diferentes animales. Así, aseguran que no sólo había perros sino otros como gallinas, gallos o patos, algo que hacía muy difícil el descanso, más aún en los meses estivales donde ni siquiera podían abrir las ventanas. «Es de justicia, ha tardado pero ya lo están haciendo», agradeció una de las vecinas afectadas.