La Policía actúa para desmantelar una violenta red de prostitución

latribunadetoledo.es
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Registran domicilios en Illescas y Madrid para desarticular una banda de origen rumano dedicada al proxenetismo. Confiscados explosivos y armas destinados a ajustes de cuentas

Illescas ha sido una de las poblaciones en la que se ha desarrollado una operación del Cuerpo Nacional de Policía contra una violenta banda de origen rumano dedicada a la prostitución y otras actividades ilegales. En una serie de registros efectuados en la cabecera de La Sagra y cuatro poblaciones de la vecina Comunidad de Madrid se han decomisado cinco  kilogramos de material explosivo, varias armas de fuego y detonadoras y otro tipo de armas prohibidas que los integrantes del grupo empleaban en sus ataques y ajustes de cuentas para rivalizar por el control de esta actividad. Este operativo se ha cerrado con un total de seis detenidos, todos ellos de nacionalidad rumana, según informa la Dirección General de la Policía en un comunicado.

Las investigaciones se iniciaron en noviembre del año pasado, cuando un individuo quedó gravemente herido tras una detonación provocada por un artefacto explosivo, que tuvo lugar en el interior de un vehículo en la localidad madrileña de Parla. Tras llevar a cabo las primeras pesquisas, se comprobó que este suceso se enmarcaba dentro de la rivalidad de dos organizaciones criminales de las más peligrosas de Europa, que pugnaban por el control de la explotación sexual de mujeres en la Comunidad de Madrid. Ambos grupos se hallaban enfrentados desde la detención de Ioan Clamparu, alias ‘Cabeza de cerdo», líder de uno de ellos y conocido por su control de la prostitución en polígonos de Madrid como la Colonia Marconi.

A Clamparu le sucedió un compatriota suyo conocido como Dorel o ‘El señor del polígono’. Desde ese relevo, un grupo de similares características le ha discutido la hegemonía en el control de la prostitución en Madrid y otros ámbitos delictivos, lo que ha degenerado en riñas con lesiones graves, extorsiones, secuestros y otros delitos. Mientras tanto un amplio número de mujeres han seguido padeciendo una brutal explotación sexual.

Estos grupos también ejercían su influencia sobre otros grupos criminales de origen rumano, a los que extorsionaban. Los investigadores han descubierto que exigían cuotas por «trabajar» en sus zonas de influencia, a bandas de asaltantes de viviendas. En caso de incumplimiento, materializaban agresiones físicas, ocasionando importantes lesiones a sus víctimas.

Con el ataque de Parla, Dorel intentaba suprimir al líder del grupo enemigo, pero su fracaso le hizo huir a México, donde falleció. Tras esto, la Policía ha detenido al resto de los implicados en este intento de asesinato.