Querían que fuese un acto cargado de simbolismo y en el que quedasen claras cuáles van a ser las prioridades para su Gobierno: los ciudadanos, y así fue. Un papel protagonista para ciudadanos de la región, que estuvieron representados en la toma de posesión Emiliano García-Page como presidente de Castilla-La Mancha por un grupo de ellos.

Tomaron la palabra cuatro de ellos, representándose a sí mismos, como dejaron claro, pero también hablando aún sin quererlo, en nombre del resto de los castellano-manchegos, llevando al nuevo presidente su mensaje.

 

«Igualdad de oportunidades y calidad de vida»

El primero en tomar la palabra fue Alfredo Alonso, trabajador en colectivos sociales, quien destacó la necesidad de «hacer de la política algo más cercano». Reclamó «igualdad de oportunidades y de calidad de vida», para un colectivo como el de las personas con discapacidad, quienes «necesitamos más apoyo del resto de la sociedad». Reclamó también al nuevo presidente «corazón, sensibilidad y cercanía». 

 

«Queremos que Castilla-La Mancha avance»

Le siguió en el turno de palabra un trabajador autónomo, Jesús Patiño, quien recordó la importancia de estos trabajadores y empresarios en la región. Representan más del 80% de las empresas, y por ello, quizás más que nadie, quieren que «Castilla-La Mancha avance». «No le pido milagros», le dijo a Page, «pero sí que cumpla y que se nos escuche».

 

 «Queremos creer para poder volver»

También estuvieron representados los castellano-manchegos que han tenido que salir de su tierra en busca de trabajo. Lucía Sánchez tomó la palabra por ellos. «No queremos irnos, pero tampoco podemos quedarnos si no hay  horizonte», dijo. Mentó la desconfianza en la política y concluyó con un «queremos creer para poder volver».

 

«Estoy muy contenta de que seas mi presidente»

Cerró el turno Estefanía Fernández, quien conquistó a todos, y aseguró estar «muy contenta» por tener a Page de presidente.