Invitados en Palacio

Susana Jiménez / Toledo
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Más de medio millar de personas asistieron en la sede del Gobierno regional a la toma de posesión de Emiliano García-Page como presidente regional • El patio del Palacio de Fuensalida y su entorno albergaron el acto

Nadie quiso faltar a la toma de posesión de García-Page en el Palacio de Fuensalida, y tampoco faltaron quienes tuvieron que hacerlo por obligación. Más de medio millar de personas se dieron cita en la sede del Gobierno regional, que se convirtió en lugar de reencuentros, de felicitaciones, y por qué no, también para dejarse ver y ser visto, oportunidad que fue desaprovechada por muchos.
Las primeras filas para las autoridades, desde el ministro de Defensa, Pedro Morenés, al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Junto a ellos los expresidentes regionales, Cospedal, Barreda, Bono y Fuentes; el presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez; los rectores de la UCLM y la UAH, Miguel Ángel Collado y Fernando Galván, y el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza.
Completaban el capítulo de autoridades el presidente de las Cortes, Jesús Fernández Vaquero; miembros de la Mesa del Parlamento autonómico, el delegado del Gobierno, así como los máximos responsables del Ejército y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la región; el presidente del Tribunal Superior de Justicia y el fiscal jefe, tampoco faltaron a la cita.
Una larga lista de autoridades, entre los que se encontraban también alcaldes y exalcaldes, diputados y senadores, junto a representantes de la empresa y los sindicatos; representantes de las entidades financieras, del mundo de la cultura y los medios de comunicación.
Fueron los invitados con lugar reservado en la parte central del patio, alguno de los cuales no dudó en cambiar el nombre de la silla que se le había asignado -con disimulo, eso sí- para tener una visión más centrada del acto; ni en llevarse el abanico del asiento vecino, porque en el suyo ya había desaparecido.
Anécdotas de una calurosa tarde en la que el patio mudéjar del Palacio de Fuensalida se presentó cual 'invernadero', como el mismo presidente reconoció durante su discurso, y en el que ni botellas de agua congelada -de la tierra, por supuesto- ni los abanicos blancos distribuidos en los asientos, fueron suficientes para sobrellevar el intenso calor de la tarde.
En esta zona también se ubicaron representantes de diversos colectivos, como el presidente de la Plataforma en Defensa de la Dependencia de Castilla-La Mancha, José Luis Gómez-Ocaña.
La familia de Emiliano García-Page también tuvo un lugar reservado en este espacio. Por una parte, ubicados en una discreta tercera fila, tras el presidente, su madre,  doña Gregoria, su mujer y sus hijos, para quienes también reservó su lugar en el discurso de toma de posesión.
En el otro lateral del patio, varias filas reservadas para sus hermanos, cuñados y sobrinos, la 'familia del presidente', como rezaban los cartelitos colocados sobre las sillas.
 
Desde lo alto. Pero no sólo en el patio central del Palacio albergó a los invitados, puesto que también se habilitaron diversas estancias del edificio, donde al amparo del aire acondicionado, siguieron en las pantallas el desarrollo del acto. 
También hubo quienes lo hicieron desde lo alto, tanto en la galería del piso superior del patio, como desde los ventanales de  los despachos de la Presidencia. Un lugar elegido, entre otros, por el exconcejal y secretario local del PSOE en Toledo, Gabriel González.
A ras de tierra lo hicieron sin embargo otros estrechos colaboradores de Page, quienes han estado a su lado durante estos años, y también quienes en esta nueva etapa pasarán a desempeñar un papel destacado.
Al término del discurso, y tras sonar el himno de España, se daba paso a la celebración, con un vino español, para el cual se abrían los jardines del Palacio de Fuensalida, un pequeño oasis en el que festejar y celebrar.
Entre los primeros en marcharse, la expresidenta Cospedal y el vicepresidente segundo de las Cortes, Vicente Tirado, quienes abandonaban Fuensalida casi a la par que Pedro Sánchez y César Luena.
Muchos otros se quedaron al vino -agua o refrescos también se sirvieron-, celebrando la nueva etapa, haciendo contactos o retomándolos.