Vanguardia y diseño sobre un botijo

Leticia G. Colao
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> 'En la piel del agua'. La ampliación del Museo de Cerámica Ruiz de Luna acoge la colección de botijos decorados por grandes artistas contemporáneos, cedidos por Ismael Peña

El Museo de Cerámica de Talavera ‘Ruiz de Luna’ y más concretamente su ampliación en el Liceo o antigua Iglesia de San Agustín, alberga estos días una exposición que poco tiene que ver con la cerámica local pero que, al igual que esta, guarda en su interior el arte y la capacidad de sorprender. Y si no, pasen y vean los 40 botijos que se exponen en su sala central dentro de la colección ‘En la piel del agua’ cuya principal característica está en su decoración, realizada por importantes y diferentes artistas contemporáneos que a nadie dejarán indiferente. Tanta es su importancia que, entre otros, hay obras de Antonio Mingote, Forges, Viola, Rafael Canogar o el mismísimo Salvador Dalí.

Su propietario es el cantante y estudioso del folclore Ismael Peña, singular coleccionista que ha preferido ofrecer al público para su disfrute unas 40 piezas que antes de llegar a Talavera han pasado por otros municipios como Alcázar de San Juan. En este caso, Peña combina el arte alfarero popular con el pictórico de diferentes creadores que plasmaron sus impresiones hace años en la conocida y tradicional vasija ofrecida por el coleccionista totalmente desnuda.

A raíz de ahí, los artistas elegidos, muchos de ellos amigos del cantante, dispusieron del ‘lienzo’ a su manera, haciendo de él auténticas joyas de arte a cual más variada y excepcional. Como singular, aunque no es la única, destacar la que da la bienvenida en el Liceo a los visitantes que, además de magníficos paneles cerámicos de la artesanía local, disfrutarán también de esta obra que aún no tiene fecha de finalización. Se trata del botijo diseñado por el genial artista Salvador Dalí, expuesto además junto a una fotografía en blanco y negro con el coleccionista. Su obra ha sido titulada ‘El Juglar’ y en él puede apreciarse una vasija prácticamente desnuda, vacía, con un ligero dibujo donde se aprecia al juglar protagonista tocando una guitarra y la dedicatoria: ‘A Ismael’.

Es quizá el más llamativo por la firma de su autor pero no el más complicado de realizar. A su lado, se encuentra el único botijo de la muestra que no está realizado en barro, sino en una singular obra de cristal conformada por varias capas. Es el firmado por Javier Gómez, uno de los exponentes de la escultura contemporánea en vidrio de España, en cuya pieza experimenta con el vidrio plano, utilizando simples láminas superpuestas, cortadas, pulidas y pegadas.

El paseo por la exposición ‘En la piel del agua’ de la Colección Ismael lleva al espectador a conocer varios mundos, varios culturas y especialmente, muchas sensibilidades. Muy divertido es el decorado por el sorprendente Antonio Mingote, que consigue una de las piezas más divertidas por temática y colorido de toda la muestra. Bajo el título ‘Verbena’ recrea una fiesta donde los protagonistas bailan agarrados bajo el manto verde de algún árbol. Los colores son dignos de ser admirados.

Curioso es también el decorado por Rafael Canogar, muy similar a la estética dePablo Picasso bajo el nombre ‘Escenas Urbanas’, así como el del genial dibujante Forges, quien utiliza sus siempre inteligentes bocatas para  recordar  que «El botijo en la persona, muchos bienes proporciona».

La variedad es el alma de la exposición. 40 botijos, ninguno igual, ni siquiera se parecen, algunos tampoco en la forma, ya que aunque la mayoría cuentan con un asa y dos aberturas, algunos de ellos lo hacen en diferente tamaño y otros parecen haberse derretido por las altas temperaturas. Sus autores tampoco se parecen. Así, las obras de José María Pérez de Cossío, Rafael Baixeras, Antonio Cortés o Eduardo Úrculo, comparten sala con otras de Ramírez de Avellano o Manuel Viola, entre otros.

La muestra, que ya ha sido expuesta en diferentes escenarios, busca la unión de un elemento humilde y tradicional como es el botijo que normalmente sirve como base al frescor del agua, con la frescura de los diseños más vanguardistas y originales.

Poca promoción. Las obras cedidos por Ismael Peña descansan en el centro delLiceo desde hace unos días, aunque nadie sabe exactamente porque la exposición no tuvo inauguración ni tan siquiera una ligera promoción que anunciara de su presencia en la ciudad. Tanto es así, que tampoco se conoce cuándo será retirada del museo talaverano.

Aún así y pese a no tener agua en su interior -algo que sería de agradecer en estos días de calor-, los botijos de Ismael recoge en su piel la sensibilidad de algunos de los mejores artistas contemporáneos de los últimos años. Digna de ver.