El proyecto de reforma del antiguo edificio del Banco de España en Toledo, situado en la calle Nueva del Casco Histórico, se mantiene parado desde que el pasado 30 de septiembre tuviera que producirse, según figura en la Plataforma de Contratación del Estado, la apertura de sobres económicos de las empresas interesadas en la obra.
Sin comunicación oficial del número de interesados en acometer la reforma, ni sus distintas ofertas económicas para hacerse con un proyecto que asciende a más de 3,9 millones de euros, el futuro del Banco de España dio el pasado 27 de noviembre un nuevo paso hacia adelante.
Tímido, eso sí, porque se trata de la adjudicación del contrato menor servicios de asistencia a la dirección facultativa en materia de instalaciones de las obras de rehabilitación antigua sucursal bancaria, un contrato público al que han optado un total de tres empresas y que finalmente ha ido a parar a la compañía ‘Euring Ingenieros SL’ por un importe de 21.538 euros, IVA incluido.
De esta forma, se cumple un nuevo trámite para que se puedan llegar a acometer algún día los trabajos de reforma integral del interior del antiguo banco.
El edificio, en desuso desde el 31 de mayo de 2011, pasará a albergar, tal y como se detalla en la memoria del nuevo proyecto, las oficinas de la gerencia del Catastro, la sede del TEAR (Tribunal Económico-Administrativo regional) y una oficina de Medio Ambiente dependiente del Ministerio de Agricultura.
Los trabajos consisten en una rehabilitación integral del interior del edificio, puesto que la fachada del Banco de España se mantendrá tal cual -previa limpieza y acondicionamiento- para respetar el valor patrimonial del inmueble, de estilo neoclásico y que fue diseñado por el arquitecto Luis Menéndez-Pidal en 1949, aunque fue inaugurado oficialmente en 1954.
La antigua sede del Banco de España en Toledo dispone de una superficie construida de 2.344 m² y una superficie útil de 1.920 m², repartidos en cinco plantas: semisótano, baja, primera, segunda y tercera.
La configuración interna del edificio, que es donde va a parar la mayor parte de la actuación rehabilitadora, es típica en un edificio bancario, con la zona de operaciones y atención al público en la planta baja, y la caja fuerte y operaciones de remesas en el semisótano. Por su parte, las plantas superiores estaban destinadas a servir de viviendas a los funcionarios allí destinados; un uso que en la última etapa de utilización del edificio se limitó al director.
Más del 25% del presupuesto de licitación del nuevo proyecto está destinado al acondicionamiento eléctrico del edificio y su climatización (721.519 euros).