Cuando llega el buen tiempo los fines de semana, y en especial los domingos, se convierten en fechas muy propicias para los amantes del motor, ya que se suceden las pruebas televisivas de Fórmula 1 y del Mundial de Motociclismo, así como otras carreras de menor relevancia. También son jornadas propicias para organizar concentraciones moteras o de turismos como las que tuvieron lugar ayer en la ciudad, que congregaron a cerca de medio millar de vehículos en diferentes puntos de Talavera.

Por una parte, en el aparcamiento del parque comercial ‘El golf’ se reunieron cerca de 400 moteros para tomar parte de la IV Ruta ‘Ciudad de Corralrubio’, en la que los participantes se desplazaron con sus monturas desde Talavera hasta la pequeña localidad jareña de Aldeanueva de Barbarroya, haciendo antes una parada en Torrico para tomar un aperitivo. Entre los asistentes a esta convocatoria estuvo el alcalde talaverano, Jaime Ramos, quien es un apasionado del motor y que cada vez que puede se suma de manera muy activa a iniciativas en las que las dos o las cuatro ruedas tienen el protagonismo.

La ruta motera hasta tierras jareñas contó además con una exhibición de habilidades a cargo de Emilio Zamora, piloto de la marca Ducati, además de sorteo de regalos para los inscritos.

Clásicos muy bien cuidados. Por otro lado, en la plaza Miguel Ángel del barrio de El Parque, lugar utilizado frecuentemente por los vecinos de la zona para estacionar sus vehículos, la mañana dominical amaneció con una estampa poco habitual, debido a que el aparcamiento estaba totalmente vacío a la espera de la llegada de los turismos participantes en la I Concentración de Coches Clásicos organizada por la Asociación ‘Clásicos de la Reina’.

Poco a poco fueron llegando hasta el estacionamiento veteranos modelos de marcas como Citroën, Mercedes Benz, Alfa Romeo o Ford, que hace ya bastantes años dejaron de venderse y muchos más de fabricarse, pero que ahora se han convertido en preciados tesoros para los coleccionistas. De hecho, algunos propietarios colocaron en las lunas de sus vehículos carteles en los que se podía leer algo así como ‘Se mira pero no se toca’.

La exposición de estos clásicos de cuatro ruedas se alargó hasta última hora de la tarde y estuvo amenizada con un concierto a cargo de los componentes de ‘Vergüenza ajena’.