Luz se deja querer

J. Monroy | TOLEDO
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Casi mil personas se entregaron ayer a Luz Casal en su actuación en el Palacio de Congresos de Toledo

Luz se deja querer - Foto: Yolanda Redondo

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Salió al escenario como tímida, como fuera la primera vez. Sonrió y comenzó a cantar muy bajito. En la segunda canción ya tenía al público toledano, que habitualmente no hace estas cosas, acompañándola con palmas como si fueran los bises.

Luz Casal se movía al principio despacio por el escenario del Palacio de Congresos de Toledo, con un vestido morado brillando y un fular rojo al cuello. Desde antes de salir al mismo, el público toledano ya estaba entregado. Fueron 925 personas, el aforo de la sala. Hace poco, Luz comentaba en La Tribuna que «me da un poco lo mismo. Pero, efectivamente, parece que en un espacio cerrado en el que hay proximidad entre la gente y yo sí parece que hay una relación más de tú a tú, pero me he acostumbrado desde hace muchos años a tener capacidad de disfrutar y de comunicarme con la gente en el espacio que sea». Fue premonitorio. El Rojas decidió llevar el concierto al auditorio, porque habría llenado más de cuatro veces el teatro. Yel público respondió con un cariño y cercanía inusual en la ciudad.

Cantante completa. La voz cálida  y redonda de Luz Casal se adapta bien a todos los estilos. Ayer encandiló con baladas, boleros y en éxitos más roqueros. Desde el inicial ‘Almas gemelas’ hasta el eterno ‘Piensa en mí’, pasando por un repaso a su repertorio y nuevos estilos que esta vieja roquera va incorporando a su set list, con la complacencia de sus seguidores.

Durante la actuación combinó piezas dramáticas, aires de Sudamérica y ritmos de rock and roll.