Alan Myerson: «La empatía es la mejor herramienta para dirigir»

J. Guayerbas
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El director de cine y televisión comparte a sus 74 años de edad con los alumnos del IES Alfonso X consejos y anécdotas de rodajes como 'El coche fantástico' o 'Ally McBeal'

Alan Myerson, en la imagen, se desplazó ayer desde Estados Unidos para ofrecer una charla magistral sobre la industria cinematográfica. - Foto: David Pérez

Con un café para llevar en un vaso de cartón y una magdalena gigante de chocolate o muffins al más puro estilo americano. Alan Myerson alcanzaba el salón de actos del Palacio de Benacazón minutos antes de su cita con el público toledano, en concreto, con los alumnos del IES Alfonso X que aspiran a dirigir y crear historias para la pequeña y gran pantalla.

El Festival del Cine y la Palabra (CIBRA) brindaba al público la oportunidad de preguntar a uno de los grandes directores de la industria cinematográfica norteamericana. Consejos y anécdotas de los rodajes de algunas de las series de mayor éxito en España como ‘El coche fantástico’ o ‘Ally McBeal’ se sucedieron en las cerca de dos horas en las que Alan Myerson dirigió a sus 74 años uno de sus mejores directos.

«La herramienta más importante para los directores es la empatía, conocer lo que el público quiere y siente», comentaba para apostillar que la vida de un actor «está basada en el rechazo, hacen todas las pruebas y la mayoría de las veces no consiguen el papel», de ahí la importancia de empatizar «con ellos mismos y con todos y cada uno de los que integran el equipo que trabaja en la producción».

Alan Myerson regaló desde la experiencia consejos para madurar y aplicar en el complicado mundo de la producción televisiva y cinematográfica. «Es importante saber que el talento y el coraje nunca residen en un mismo corazón», comentaba en referencia a Elia Kazan, director de cine y escritor estadounidense de origen griego que pasó por la industria del séptimo arte con fama de arisco y elevado.

La dirección de actores ocupó parte de la conferencia en la que se sucedieron las preguntas del público tras visionar diferentes vídeos de algunos capítulos de tv movies dirigidas por Alan Myerson. «La colaboración entre director y actor es muy importante, al igual que con el resto del equipo, pues un director crea un mundo y todas las personas de ese mundo son igual de importantes», compartía en un salón de actos hasta la bandera.

La complicidad con el equipo es clave para una buena dirección. Alan Myerson no usa story board en sus rodajes pues considera que la libertad en el actor es fundamental para alcanzar la magia en escena. «Con libertad, la colaboración entre el director y el actor o el equipo se convierte en algo más intenso y profundo», señalaba antes de simular un casting de actores con una joven voluntaria y destacar que lo primero «es la mirada, los ojos lo dicen todo».

Entre esa concatenación de consejos con el formato de una conferencia, el maestro de las tv movies recordó que cuando en una escena un actor tiene que tocar el piano «el diálogo está en la mano izquierda y la melodía en los ojos» o que el tiempo «es nuestro mayor enemigo, por encima de productores, bancos o dinero».

Miembro de la Academia. Alan Myerson es miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Su conocimiento sobre el cine extranjero le ha hecho decantarse por directores de la talla de Icíar Bollaín o David Trueba, aunque entre sus predilectos está Pedro Almodóvar.

«Estar en la tierra de estos directores es un privilegio», afirmaba para reconocer que Almodóvar «es el director más importante del mundo» o que hace un par de semanas pudo visionar ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ de David Trueba que representará a España en los próximos premios Oscar.
Más allá del cine, Alan Myerson compartió con este diario parte de su filosofía. «La revolución a través del cine es posible, ellos son jóvenes -por el público- y capaces del cambio», comentaba con un guiño al movimiento 15M y al fin del bipartidismo con formaciones políticas como Podemos, a la que aludió en alguna ocasión durante la ponencia.