Román David: «Igual no eres el mismo de antes, pero se puede hacer lo mismo»

José Angel Juez
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Román David Gómez, guardia civil herido en el atraco de Yuncos

El joven ingresó en el Cuerpo hace diez años.

Román nos recibe en el Hospital Nacional de Parapléjicos, donde este hombre de 37 años mantiene la recuperación de su movilidad.

Entró en la Guardia Civil en 2004. ¿Cómo le surgió este vocación?

Yo estudié electricidad y me fui al Ejército. Allí vi la labor de la Guardia Civil y me gustó. Me quise presentar y saqué las oposiciónes.

¿Te costó sacarlas?

No fue a la primera, pero lo conseguí.

¿Qué ha hecho en estos 10 años en el Cuerpo?

El primer año me tocó en Leganés, en conducciones y traslados de presos. Luego ya me trasladaron a Barcelona, y estuve dos años en el aeropuerto de El Prat, en Aduanas. Y después de esto ya conseguí un puesto en Illescas, en la provincia de Toledo. Soy de Villasequilla y estaba así cerca de mi familia. Además Illescas me gusta, está cerca de Madrid y de Toledo. En Illescas siempre he estado en Seguridad Ciudadana, haciendo labores de patrulla.

Tenía una normalidad que se rompió en octubre del año pasado, a raíz del atraco al Mercadona de Yuncos. ¿Cómo recuerda aquel día?

Recuerdo que eran alrededor de las nueve y veinte minutos de la noche y nos quedaba poco más de media hora para terminar el servicio de patrulla. Nos tocaba patrullar por la zona de Yuncos, que depende de nuestro Puesto, y recuerdo que un señor mayor, cuando pasábamos al lado del Mercadona, nos hizo como aspavientos como alertándonos. Nos paró y nos dijo que había visto cómo habían entrado tres personas que iban como enmascarados con unas caretas. No sabía que intención tenían pero él pensaba que iban a robar.

Nosotros lo que hicimos antes de entrar fue pedir refuerzos por si acaso era un robo real y pasamos con nuestro coche. Paramos en frente de la puerta del Mercadona y yo vi que venían tres personas corriendo con bolsas en las manos. No era todavía muy de noche y el reflejo del cristal no me daba para saber si eran ellos (los atracadores) y saber qué pasaba allí. Pero cuando me vieron a mi, el primero que iba corriendo resbaló, pero el segundo le apartó a un lado, y vi que soltó las bolsas y vi que me estaba apuntando con un arma. No me dio tiempo a reaccionar cuando disparó.

Entiendo que todo pasó de manera rápida.

Sí, me disparó a dos metros escasos. No me dio tiempo ni a reaccionar. Tras recibir el disparo no sentí el impacto, no perdi el conocimiento, pero sí el equilibrió. Caí a plomo al suelo. Yo era consciente de que me había disparado y lo que me esperaba era que me dispararan otra vez porque tenían que pasar por encima mío para llegar a su vehículo, que estaba al lado. Pero salieron de allí disparando tiros a lo loco. A mi compañera también la dispararon, pero por suerte a ella le dio tiempo para agacharse y gracias a Dios no le ocurrió nada. Fue todo muy rápido.

Acababa de producirse un atraco, pero salvar su vida se convertiría entonces en la prioridad de todo el mundo.

Enseguida, la gente que estaba en el supermercado me socorrió. Yo me noté al caer al suelo que no sentía las piernas. Les dije que «no me toqueis mucho», porque ya me temía que tuviera una lesión cervical. Y esperé a que llegaran mis compañeros, que llamaron a la ambulancia y ya ahí me pusieron el collarín y me trasladaron al hospital.  

Su primera parada fue el Hospital de Virgen de la Salud, y después el Hospital Nacional de Parapléjicos. ¿En todo momento fue usted consciente de su difícil situación médica?

Yo ya llegué a Parapléjicos a mediados de diciembre. Estuve mes y medio en el Virgen de la Salud, sedado. El disparo me entró por el cuello y me rompió dos vértebras. Al producirse el estallido de las dos vértebras, las esquirlas de los huesos me impactaron en los pulmones. Eso me produjo su encharcamiento y lo primero fue arreglar el problema respiratorio. Ya luego llegué aquí para arreglar la lesión medular.

De diciembre hasta junio. ¿Cómo está yendo la recuperación?

Ahora estoy mejor. Yo recuerdo que cuando ya me iba despertando de la sedación y me di cuenta de que estaba en un Hospital, la mano derecha la podía mover pero la izquierda no la podía mover. Empecé a tocarme el cuerpo, y notaba que no tenía sensibilidad de pecha para abajo. Ahí se me vino el mundo abajo, empecé a pasarlo mal. Lloré mucho, pero a las enfermeras, que estuvieron a mi lado, siempre les estaré muy agradecido. Pasé mucho tiempo con ellas, me apoyaron mucho.

Imagino que, a partir de ahí, empezó a sentirse respaldado para ir a mejor.

Ahora estoy bastante mejor, el brazo izquierdo apenas lo movía, sólo un poco los dedos, y ahora lo muevo bastante bien. Yo sé que las piernas, por lo que me ha dicho el médico, va a ser difícil recuperarlas. Pero el primer objetivo que tenía era recuperar los brazos y lo voy consiguiendo.

La labor de rehabilitación será aquí lo más importante.

Por las mañanas tenemos que hacer labores de gimnasio, también tenemos terapia ocupacional... Nos enseñan muchas cosas para poder valernos otras vez por nosotros mismos, como ir al baño, subir y bajar de la cama, desnudarte y vestirte, cosas que tienes  que volver a aprender para hacer tu vida diaria.

Y así retorna uno a la normalidad, ¿verdad?

A ser cada vez más autónomo, eso es lo que quiero.

Aquí importa el apoyo médico, pero sobre todo el ánimo de la gente que le rodea a uno, como la familia.

Mi familia me ha apoyado mucho. Recuerdo cuando empezó esto que vi mucho sufrimiento en mis padres, cuando estaba peor. Pero precisamente al verlo, me dije que tenía que luchar, aunque fuera por ellos.

Tampoco olvido a mis compañeros de la Guardia Civil. He recibido mucho apoyo de ellos y de mis amigos, que han seguido la evolución que he tenido, mis avances. Me han venido a visitar todos los días.

Incluso no le habrán faltado apoyos de gente anónima.

Si, ha venido mucha gente que se ha enterado de mi situación y ha venido a verme para manifestarme su apoyo, regalarme cosas. Es gente que no conocía de nada pero también me han hecho tirar adelante con su apoyo.

Su acto en el cumplimiento del deber ha merecido el reconocimiento de la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo. Supongo que reconforta sentir que se valoran los sacrificios.

La verdad, yo hubiera preferido recibir la medalla pero sin que me hubiera pasado nada. Pero está bien que te reconozcan el mérito. Nosotros como guardias civiles,  al igual que los policías, nos arriesgamos al cumplir con nuestro deber.

Desde luego el suyo es un oficio vocacional.

Estoy orgulloso de formar parte de la Guardia Civil.

Una labor que sus compañeros hicieron por usted fue buscar a las  personas que le hicieron esto para deternerlos. Supongo que el día en que se produjo las detenciones  sería especial para usted.

Los compañeros vinieron expresamente a decirme que les habían cogido. Estuvieron aquí gente de la Unidad Central Operativa (UCO), de la Policía Judicial, se volcaron en buscarles y cuando les detuvieron vinieron aquí a contarme todo el trabajo que tuvieron que hacer. Les agradezco mucho la labor que hicieron.

Me ha llamado la atención la gente que formaba el grupo que le atacó. Hablamos de personas con antecedentes por delitos violentos, y sorprende que gente así ande suelta y tenga facilidad para hacerse con un arma de fuego.

La verdad que sí. El que me disparó ya tenía un homicidio a sus espaldas que cometió en 2004y tenía trayectoria como miembro de una banda de delincuentes en Ibiza. Yo tampoco sé como gente así puede estar suelta.

¿Gente como usted se siente segura cuando tiene que afrontar a  delincuentes peligrosos como estos?

Nosotros llevamos chaleco antibalas en el coche. En mi caso, como todo fue tan rápido no nos dio tiempo a ponérnoslo pero para mí eso resulto mejor. Los chalecos no protegen el cuello, donde me entró la bala, y ya dentro el chaleco no habría dejado que la bala saliera, y me habría hecho más daño al rebotar.

Recuerdo que ellos si iban preparados con chalecos antibalas, formaban una banda organizada y muy agresiva.

¿Espera que este grupo afronte un rigor especial cuando se les condene después de lo que han hecho?

Quiero que se haga Justicia y cumplan la condena que se les imponga entera. Cometieron aquel día varios delitos graves, empezando con el robo con intimidación y siguiendo con el ataque a un agente de la autoridad, y aparte ya estaban en busca y captura por un homicidio. Creo que todo esto debe llevarles a pasar bastante tiempo en prisión. Lo tendrá que decidir el juez, pero es lo que espero.

¿Cómo ve su futuro? ¿Espera retornar algún día al servicio activo?

No sé si podré volver a la Guardia Civil. Ahora mi prioridad es recuperarme físicamente. Me gustaría volver a practicar deporte, como usar esas bicis que aquí movemos con las manos, las 'hand-bike0. Aspiro a hacer deporte y llevar una vida sana.

Se pueden hacer cosas, igual no eres el mismo de antes, pero se puede hacer lo mismo. Podré conducir, que también me encanta, y viajar. Espero llevar una vida normal.

Y estoy ilusionado con una cosa que preparan mis compañeros del Puesto de Illescas. Me van a organizar una carrera benéfica el próximo 20 de septiembre aquí en Toledo. Saldrá de La Peraleda, tendrá 10 kilómetros, y el reto que tengo es poder entrenar y participar en ella con una 'hand-bike'.