El Mediterráneo está viviendo un continuo drama en sus aguas, donde los equipos de rescate siguen buscando supervivientes cerca del pesquero hundido la noche del pasado sábado cuando intentaba llegar a la isla italiana de Lampedusa. Las autoridades mantienen la cifra de pasajeros en la nave accidentada en 700, aunque uno de los rescatados asegura que el número se eleva a 950, ya que muchas personas viajaban encerradas en las bodegas. Además, los servicios de Salvamento transalpinos y de Malta trabajaban al cierre de esta edición para alcanzar dos barcos con 450 inmigrantes a bordo, mientras que la tragedia también llegó a Grecia, donde murieron al menos tres sin papeles al encallar un barco con decenas de ilegales en Rodas.

Las esperanzas de encontrar más supervivientes del naufragio del pasado fin de semana son cada vez menores conforme pasan las horas, tal y como explicó el primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien detalló que, hasta el momento, la Guardia Costera de su país rescató a 28 personas con vida y los cuerpos de 24 víctimas, que fueron trasladadas a Malta por la mañana.

«Por el momento, solo hay 24 cadáveres, pero, de acuerdo con el terrible relato de un pasajero, parece que la gente estaba encerrada dentro del barco», indicó el premier, sin llegar a confirmar esa estremecedora cifra de 950 inmigrantes. «Seguiremos investigando para saber qué ocurrió, aunque sea muy difícil», añadió. En caso de darse por bueno ese número, desde principios de año habría ya 1.600 muertos. El año pasado, a fecha de 30 de abril, se habían producido 96 decesos en alta mar.

El dirigente señaló que, en caso de encontrarse más cuerpos, serán llevados a Libia, de donde partió la embarcación accidentada, aunque sus ocupantes procedían de Argelia, Egipto, Nigeria, Senegal, Mali, Zambia, Ghana y Bangladesh. 

También el jefe del Ejecutivo de Roma relató que los servicios de rescate de su nación, en colaboración con Malta, trabajan para alcanzar dos embarcaciones con unos 450 ilegales, por lo que no dudó en hablar de «crisis humanitaria» ante la llegada masiva de inmigrantes en los últimos días.

Al parecer, una de las naves es una barca hinchable, que se encontraría a unas 30 millas de Libia, con entre 100 y 150 ocupantes. La otra sería un barco mayor y llevaría a unos 300 individuos.

«Seguir pensando en dejar partir pesqueros de la muerte para luego acudir a socorrerlos significa poner en peligro vidas humanas», advirtió, reclamando una «respuesta sólida de la comunidad internacional en su conjunto».

 

Desde Turquía. La situación empeoró en el Mediterráneo después de que una nueva embarcación llena con decenas de inmigrantes encallase en la isla griega de Rodas, en un accidente en el que murieron tres ciudadanos africanos.

Los guardacostas helenos rescataron a 83 personas de las aguas en la zona de Zephiros, donde el navío, que presumiblemente partió de Turquía, chocó contra unas rocas y se partió.

Según apuntaron las autoridades de Atenas, las víctimas son un hombre, una mujer y un niño, mientras que de los 83 supervivientes, 57 fueron llevados a la comisaría de Policía y otros 23 fueron trasladados al Hospital General de Rodas.