Parece que ya no está de moda casarse de blanco y por la Iglesia, por lo menos en Toledo. Así lo refleja el último estudio del INE que señala cómo de las 2.348 parejas que contrajeron matrimonio durante el 2014, 1.191 celebraron su enlace de una forma exclusivamente civil. De esta forma, quedan en un segundo plano los enlaces católicos que alcanzan los 1.055. 

Datos, relativamente, positivos para la provincia que alcanza un 3,38 su tasa bruta de nupcialidad, superando la del 2013, año en el que descendió casi 0,5 puntos respecto al 2012. 

Los meses en los que los toledanos prefieren casarse son, sin duda, los de verano. Junio es el mes más demandado con un total de 361 enlaces. De cerca les sigue mayo, julio, agosto y septiembre, con 291, 337, 310, 301 parejas, respectivamente. Pero aunque la moda veraniega se siga notando en el aspecto de contraer nupcias, donde más se hace visible esta predilección es en los matrimonios contraídos a los ojos de Dios. Son muy pocos los que eligen el rito católico y lo celebran en los  meses más fríos como enero, febrero o diciembre. Mientras que las cifras no distan, en gran medida, entre los matrimonios civiles, los cónyuges católicos pasan de cifras tan escasas, como un matrimonio durante el mes de enero de 2014, a las 198 parejas que contrajeron nupcias en la iglesia en junio.

De las 2.348 parejas, tan sólo 46 se llevaron a cabo entre parejas del mismo sexo. De los matrimonios contraídos entre personas de diferentes sexo destacan los enlaces entre personas solteras, aunque aumenta, como lleva ocurriendo desde hace varios años, los miembros de contrayentes que están divorciados. Entre los matrimonios de diferente sexo, los esposos eran en su mayoría solteros, 2.002, una pequeña parte divorciados, 271, y sólo 29 viudos. Por otro lado, de las 2,302 mujeres que contrajeron nupcias en Toledo, su mayoría, 2.026, eran solteras y sólo 9 eran viudas. Las restantes, 267, provenían de otros matrimonios y estaban divorciadas.