El alcalde de Talavera, Gonzalo Lago, falleció ayer en el Hospital General Nuestra Señora del Prado de la ciudad, a consecuencia del proceso tumoral que le fue detectado en diciembre pasado y del que había sido intervenido quirúrgicamente el pasado 26 de febrero. Al filo del mediodía se confirmaba el fallecimiento de Lago, de 62 años. La capilla ardiente quedó abierta al público en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Talavera desde la seis de la tarde de ayer y permanecerá abierta hasta las ocho de la tarde de hoy, hora en la que se celebrará el funeral en la Colegial de Santa María la Mayor.

El alcalde estuvo hospitalizado los últimos días, sin que trascendiera públicamente por deseo expreso de la familia, pese a que ya  se conocía la extrema gravedad de su estado. Tanto en el Ayuntamiento de Talavera, como en el resto de instituciones y en los diversos ámbitos delPartido Popular, se mantuvieron pendientes del inminente desenlace de la enfermedad, contra la que Lago ha luchado de frente durante los últimos ocho meses de su vida. Su familia y sus compañeros de gobierno en el Ayuntamiento de Talavera le acompañaron en las últimas horas en el centro hospitalario de Talavera, donde se le trató durante toda la enfermedad.  

A diferencia de lo que había ocurrido en la primera etapa desde que se produjo el diagnóstico y a consecuencia del deterioro de su salud, en los últimos dos meses y medio apenas había mantenido actividad pública. Seguía junto a su familia y allegados el tratamiento de una enfermedad, que en esta última etapa le había infringido mayores padecimientos, por complicaciones añadidas al proceso.

Desde que en diciembre de 2013 se le detectó un tumor intestinal, Gonzalo Lago ha permanecido al frente de la Alcaldía de Talavera, mientras era tratado de la enfermedad. Sólo su hospitalización en varias ocasiones le ha apartado de estas funciones, aunque en algunos momentos ha llegado a compatibilizarlas con las estancias en el hospital de Talavera.  A finales de febrero, cuando fue intervenido quirúrgicamente en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, delegó temporalmente sus funciones en la primera teniente de alcalde, María Rodríguez. A pesar de la envergadura de la operación, fue dado de alta ocho días después y regresó a Talavera, donde se reincorporó con rapidez al despacho municipal, a cuyo frente estuvo con esporádicas interrupciones hasta el mes de junio. De hecho, tanto en Mondas como en la visita de la reina Sofía a la ciudad, para la entrega de los Premios Ciudad de Talavera, Lago interrumpió durante unas horas su estancia en el hospital para acudir a los actos oficiales.

La conmemoración del Día de la Región fue su última aparición en un acto público, y pasaría un mes antes de que se le volviera a ver públicamente en funciones de alcalde. El 30 de junio se produjo la que sería su última aparición pública, cuando recibió en su despacho del Ayuntamiento la certificación ISO por parte de Aenor a los autobuses urbanos de Talavera.

Durante estos meses, en repetidas ocasiones Gonzalo Lago dio testimonio público de su fortaleza ante la enfermedad: «En la vida hay que enfrentarse a los retos, que nadie piense que hace falta coraje, no es ningún mérito, sólo he hecho lo que tenía que hacer», decía en una entrevista con Cope Talavera, pocos días después de superar la operación. En esta etapa ha tenido muy presente su faceta de médico, a la que se refería en esta misma entrevista: «Gran parte de la curación depende del propio paciente, pero si ves un camino donde puedes luchar, no dejes de hacerlo, no dejes de luchar».

Casado con Pilar Clavero y padre de dos hijos, era médico de profesión, con una larga trayectoria que se había desarrollado en Talavera en el ámbito de la medicina familiar. Hijo y hermano de médicos, gozaba de un notable reconocimiento social por su dedicación profesional al cuidado de la salud, durante más de treinta años.